La centralidad del agua en la disputa global por recursos estratégicos
Monica Bruckmann
ALAI AMLATINA, 16/03/2012.- Dos visiones contrapuestas están en choque
en la disputa global por el agua. La primera, basada en la lógica de la
mercantilización de este recurso, que pretende convertirlo en un
commodity, sujeto a una política de precios cada vez más dominada por el
proceso de financierización y el llamado "mercado de futuros". Esta
visión encuentra en el Consejo Mundial del Agua, compuesto por
representantes de las principales empresas privadas de agua que dominan
75% del mercado mundial, su espacio de articulación más dinámico. El
Segundo Forum Mundial del Agua, realizado en el año 2000 declaró, en el
documento final de la reunión, que el agua no es más un "derecho
inalienable", sino una "necesidad humana". Esta declaración justifica,
desde el punto de vista ético, el proceso en curso de desregulación y
privatización de este recurso natural. La última reunión realizada con
el nombre de IV Forum Mundial del Agua, en marzo de 2009 en Estambul,
ratifica esta caracterización del Agua. Un aliado importante del Consejo
Mundial del Agua ha sido el Banco Mundial, principal impulsor de las
empresas mixtas, público-privadas, para la gestión local del agua.
La otra visión se reafirma en la consideración del agua como derecho
humano inalienable. Esta perspectiva es defendida por un amplio conjunto
de movimientos sociales, activistas e intelectuales articulados en un
movimiento global por la defensa del agua, que propone la creación de
espacios democráticos y transparentes para la discusión de esta
problemática a nivel planetario. Este movimiento, que no reconoce la
legitimidad del Foro Mundial del Agua, elaboró una declaración
alternativa a la reunión de Estambul, reivindicando la creación de un
espacio de debate global del agua en los marcos de la ONU, reafirmando
la necesidad de la gestión pública de este recurso y su condición de
derecho humano inalienable(1).
La Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó en julio del 2010 la
propuesta presentada por Bolivia, y respaldada por otros 33 Estados, de
declarar el acceso al agua potable como un derecho humano. Como era
previsible, los gobiernos de Estados Unidos, Canadá, Australia y el
Reino Unido se opusieron a esta resolución, con lo cual, en opinión de
Maude Barlow, ex-asesora sobre agua del presidente de la Asamblea
General de la ONU, esta resolución pierde peso político y viabilidad
práctica(2). Estos cuatro países, y sus fuerzas políticas más
conservadoras, aparecen como el gran obstáculo. El peligro para los
operadores del agua es grande, ciertamente, un reconocimiento del agua y
el saneamiento como derecho humano pondría límites a los derechos de las
grandes corporaciones sobre los recursos hídricos, derechos consagrados
por los acuerdos multilaterales de comercio e inversión.
Los gobiernos de América Latina están avanzando en el reconocimiento del
agua como derecho inalienable y en la afirmación de la soberanía y
gestión pública de estos recursos. La Constitución Política del Estado
Plurinacional de Bolivia reconoce, en su artículo 371, que el "el agua
constituye un derecho fundamentalísimo para la vida, en el marco de la
soberanía del pueblo", establece además que "el Estado promoverá el uso
y acceso al agua sobre la base de principios de solidaridad,
complementariedad, reciprocidad, equidad, diversidad y sustentabilidad".
Ciertamente, la disputa por la apropiación y el control del agua en el
planeta adquiere dimensiones que extrapolan únicamente los intereses
mercantilistas de las empresas transnacionales, colocándose como un
elemento fundamental en la geopolítica mundial. Está claro que el
planeta necesita urgentemente una política global para cambiar la
tendencia del complejo proceso de desorden ecológico que, al mismo
tiempo que acelera la dinámica de desertificación en algunas regiones,
incrementa los fenómenos de inundación producto de lluvias torrenciales,
en otras. Las consecuencias devastadoras que la degradación de medio
ambiente está provocando y la gravedad de la situación global que tiende
a profundizarse colocan en discusión la propia noción de desarrollo y de
civilización.
Los acuíferos y la preservación de ecosistemas
Desde hace mucho tiempo, las investigaciones hidrológicas de los ciclos
globales del agua han demostrado que 99% del agua dulce accesible del
planeta se encuentra en los acuíferos de agua dulce, visibles en los
ríos, lagos y capas congeladas de hielo. Estas aguas constituyen
sistemas hídricos dinámicos y desarrollan sus propios mecanismos de
reposición que dependen, fundamentalmente, de las lluvias. Parte de este
caudal se infiltra en las rocas subyacentes y se deposita debajo de la
superficie, en lo que se conoce como acuíferos. Los acuíferos reciben
reposición de las lluvias, por lo que son, en su mayoría, renovables.
Dependiendo del tamaño y las condiciones climáticas de la ubicación de
los acuíferos, el período de renovación oscila entre días y semanas (en
las rocas kársticas), o entre años y miles de años si se trata de
grandes cuencas sedimentarias. En regiones donde la reposición es muy
limitada (como en las regiones áridas e hiperáridas) el recurso de agua
subterránea puede ser considerado como "no renovable"(3).
Los acuíferos y las aguas subterráneas que los conforman, son parte de
un ciclo hidrológico cuyo funcionamiento determina una compleja
interrelación con el medio ambiente. Las aguas subterráneas son un
elemento clave para muchos procesos geológicos e hidro-químicos, y
tienen también una función relevante en la reserva ecológica, ya que
mantienen el caudal los ríos y son la base de los lagos y los pantanos,
impactando definitivamente en los hábitats acuáticos que se encuentran
en ellos. Por lo tanto, los sistemas acuíferos además de ser reservas
importantes de agua dulce, son fundamentales para la preservación de los
ecosistemas.
La identificación de los sistemas acuíferos es un requisito básico para
cualquier política de sustentabilidad y gestión de recursos hídricos que
permitan que el sistema continúe funcionando, y desde el punto de vista
de nuestras investigaciones, es imprescindible para un análisis
geopolítico que busque poner en evidencia elementos estratégicos en la
disputa por el control y apropiación del agua.
Las grandes reservas hídricas cómo la cuenca del Congo, Amazonas, el
acuífero Guaraní o los grandes lagos de África central coinciden con la
existencia de grandes poblaciones en expansión y fuertes conflictos
étnicos y religiosos. Además, gran parte de los países de esta región se
encuentran bajo fuerte presión del sistema financiero internacional que
busca implantar una gestión neoliberal de los recursos hídricos a través
de su personal técnico para el que las estaciones de tratamiento de
agua, reciclaje y construcción de mecanismos que eviten la contaminación
de los acuíferos, son gastos superfluos(4).
Se trata de un proceso violento de expropiación y privatización del
recurso natural más importante para la vida. A pesar de la centralidad
del agua potable para consumo humano, es necesario señalar también la
importancia vital de este recurso para la agricultura, que impacta
directamente la soberanía alimentaria, y para el proceso industrial en
su conjunto.
Los mayores acuíferos de Europa se encuentran en la región euroasiática,
destacando, por su dimensión, la cuenca Rusa, más cercana a la región
polar. Europa occidental se ve reducida al único acuífero de mediano
porte, en la cuenca de París. En casi todos los casos, las reservas de
agua de Europa padecen de problemas que afectan su calidad, lo que
amplió drásticamente el consumo de agua embotellada, que se ha
convertido en un ítem obligatorio en la canasta de consumo familiar(5).
Europa registra, proporcionalmente, la mayor tasa mundial de extracción
de agua para consumo humano: del total de agua que se extrae, más del
50% es utilizada por los municipios, aproximadamente 40% se destina a la
agricultura y el resto se consume el sector industrial.
Asia depende de los grandes acuíferos del norte de China y la Siberia,
más próxima de la región polar. Uno de los casos más graves es el de la
India, que junto con Estados Unidos, tiene una de las tasas más altas de
extracción de agua subterránea del mundo.
América del Sur posee tres grandes acuíferos: la Cuenca del Amazonas, la
Cuenca del Marañón y el sistema acuífero Guaraní, que más parece un "mar
subterráneo" de agua dulce que se extiende por cuatro países del cono
sur: Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay. Por el volumen de las
reservas de estos acuíferos y por la capacidad de reposición del agua de
estos sistemas, América del Sur representa la principal reserva de agua
dulce del planeta.
Las regiones más críticas, por tener una reposición limitada de agua
(menos de 5 milímetros de lluvia al año), son el norte de África, en la
región desértica del Sahara; la India; Asia central; gran parte de
Australia; la estrecha franja desértica que va desde la costa peruana
hasta el desierto de Atacama en Chile y la región norte de México y gran
parte de la región centro oeste de Estados Unidos. En estas regiones, se
puede considerar el agua como recurso no renovable. África subsahariana,
el sudeste asiático, Europa, los Balcanes, la región norte de Asia y la
región nor-occidental de América del Norte registran niveles moderados
de reposición de agua, entre 50 y 100 mm. al año.
La región de mayor reposición de agua del mundo es América del Sur
donde, en casi todo el territorio subcontinental, se registran niveles
de reposición de agua mayores a 500 mm./año, lo que constituye el
principal factor de abastecimiento de los sistemas acuíferos de la
región. Esta altísima capacidad de reposición de aguas superficiales y
subterráneas es fundamental, no solo para el abastecimiento de agua
dulce sino también para la manutención y reproducción de los sistemas
ecológicos y la biodiversidad en la región.
Notas
1) Véase: Mabel Faria de Melo. "Água não é mercadoria". En: ALAI, 3 de
abril de 2009.
2) Véase: Roberto Bissio. El derecho humano al agua. Disponible en
http://alainet.org/active/39769
3) Atlas of Transboundary Aquifers. Global maps, regional cooperation
and local inventories. Paris : UNESCO, p. 16.
4) TEIXEIRA, Francisco Carlos. Por uma geopolítica da água. 23 de enero
de 2011. Disponible en
http://www.tempopresente.org/index2.php?option=com_content&do_pdf=1&id=77,
5) Ibid.
Ver texto completo en: http://alainet.org/publica/473.phtml de la
revista "América Latina en Movimiento", No 473, correspondiente a marzo
2012 y que trata sobre "Extractivismo: contradicciones y conflictividad".
- Monica Bruckmann es socióloga, doctora en ciencia política, profesora
del Departamento de Ciencia Política de la Universidad Federal de Río de
Janeiro (Brasil) e investigadora de la Cátedra y Red Unesco/Universidad
de las Naciones Unidas sobre Economía Global y Desarrollo Sustentable -
REGGEN.
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