miércoles, 30 de enero de 2013

[alai-amlatina] ¿Cómo interpretar la crisis y la realidad actual del capitalismo? (I)

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¿Cómo interpretar la crisis y la realidad actual
del capitalismo? (I)

Alberto Rabilotta

ALAI AMLATINA, 30/01/2013.- Lo peor de la crisis
ha pasado, nos dicen banqueros, funcionarios y
políticos nacionales y supranacionales que nunca
perdieron un empleo porque jamás trabajaron en una
fábrica o una oficina por un salario que apenas
alcanza para vivir. Con esto, como vimos en el
Foro del gran capital en Davos, nos están diciendo
que los planes de austeridad han funcionado, que
el creciente desempleo es parte de la solución y
no el problema, que hay que seguir despidiendo
trabajadores y empleados, hacer que el empleo sea
más precario para poder seguir bajando los
salarios, acortando las vacaciones, aplastando la
resistencia sindical donde aún existe, cortando
las pensiones y programas sociales, etcétera.

Lo peor ha pasado, nos dicen los directivos de las
empresas monopolistas que en Estados Unidos
(EE.UU.) están sentados en un billón 700 mil
millones de dólares, porque no hay donde
invertirlos de manera rentable. Y vaya uno a saber
cuán grande es la pila de euros sobre la cual
están sentadas las grandes empresas de la Unión
Europea. La crisis ha pasado, pero los problemas
concretos de los pueblos siguen ahí, y se agravan
cada vez más.

Esta no es la primera crisis del capitalismo
industrial en los "países avanzados", en lo que va
del siglo 21, en que la recuperación de la
economía real –la producción de bienes y
servicios, o sea la riqueza producida socialmente-
no logra restablecer los anteriores niveles de
empleo, de seguridad laboral y de salarios, pero
es la primera en la cual el desempleo se acrecentó
de manera brutal y se ha vuelto crónico para
millones de trabajadores, provocando una
pauperización de amplios sectores de la sociedad.

Una crisis en la cual la desigualdad de ingresos
alcanzó niveles nunca vistos, y por la cual una
gran parte de la nueva generación no tendrá
empleos estables, que vivirá en un mundo de
empleos precarios, de salarios miserables y bajo
la amenaza constante del desempleo crónico. La
primera generación del capitalismo industrial que
tendrá un nivel de vida y de seguridad social muy
inferior a la de sus padres.

Lo nuevo, si podemos decirlo así, es que en ese
mundo de economistas que han contribuido a
formular el oxímoron de la estabilidad financiera
en el contexto de los mercados autorregulados, se
manifiestan signos de un reconocimiento de que el
problema central de esta crisis que aún perdura es
quizás estructural, que concierne a la fundamental
relación del capital con el trabajo asalariado, a
la reproducción del capital, y que este problema
estructural se agrava con la voracidad de los
grandes monopolios y de un sistema financiero que
quieren vivir de la extracción de una renta sobre
todas las actividades económicas y sociales de la
humanidad, como veremos.

Primero una parada en Davos

Bajo el titulo "Negación, pánico y dudas en Davos"
el editor económico del diario The Guardian, Larry
Elliott, escribía el 23 de enero pasado que en los
últimos cinco años el Foro de Davos tuvo algunos
"violentos balanceos de humor"; primero fue la
negación, luego el pánico, más tarde la esperanza
de que lo peor había pasado, y ahora es la
persistente preocupación de que este bajón
simplemente no tiene fin.

Lo que crece es el desempleo y la acumulación de
riquezas en pocas manos, lo que baja es el consumo
de las masas y las oportunidades de hacer negocios
para los industriales, lo que explica que las
empresas estén "sentadas" en billones de dólares,
porque no perciben un crecimiento de la demanda
para sus productos y servicios. El problema, según
Elliott, es que los grandes empresarios y
financieros reunidos en Davos están viendo los
resultados de las políticas que promovieron en el
pasado: austeridad fiscal, debilitamiento de los
sindicatos, agresivos cortes de personal. En el
pasado, agrega, el gasto de las familias podía
apoyarse en un aumento del endeudamiento familiar,
pero ahora "los bancos no quieren prestar y los
consumidores no quieren endeudarse. Esta es la
receta para continuar en el letargo económico".

¿Letargo económico o implantación de una economía
rentista a escala planetaria? Desde hace tiempo el
economista estadounidense Michael Hudson viene
alertando que la dominación del capital financiero
y de los monopolios ha sustituido el capitalismo
industrial por un "neofeudalismo" que lleva
directo a un régimen de servidumbre (1).

Esto se confirma por lo que el periodista Ryan
McCarthy de la agencia Reuters, en su crónica "A
handy guide to Davos-speak" (25 de enero 2013),
escribe sobre esas frases típicas de Davos (La
impaciencia por el crecimiento realmente
necesitará de paciencia; No crecimiento, dinero
fácil ¿la nueva normalidad?), señalando que cuando
constantemente la elite de Davos habla de un "plan
de crecimiento" o de "restaurar el crecimiento",
lo que están diciendo es que "ninguno de ellos ve
una industria en particular que aumentará el ritmo
de crecimiento para hacerse más ricos. Y que, como
resultado, habrá menos trabajos para el resto de
nosotros".

Y reproduce lo que dijo Ray Dalio, que dirige
Bridgewater, el más importante fondo de cobertura
de riesgo (hedge fund): en una economía global que
ha pasado la crisis y está muy endeudada, el
crecimiento económico no puede sustentarse en
deuda, como lo fue durante las pasadas décadas.
Las economías están en proceso de desendeudarse,
la deuda no aumentará más rápido que los ingresos,
y la manera primaria mediante la cual las grandes
económicas pueden crecer es aumentando la
productividad.

McCarthy nos dice que Dalio amplió un poquito lo
que quería decir: la gran conversación en política
y economía será sobre cómo extraer más de los
trabajadores –en otras palabras, el crecimiento no
vendrá de la próxima Internet, del próximo auge en
el mercado inmobiliario o de cualquier nuevo
activo. Esto significa, dijo Dalio, duras
decisiones a tomar sobre cuestiones como "¿Cuán
larga deben ser las vacaciones?, o ¿Qué es una
buena vida?". Traducido este "lenguaje de Davos"
al lenguaje común, según McCarthy, lo que Dalio
está diciendo es particularmente terrible para el
resto de nosotros. Cuando los más exitosos
inversores del mundo nos dicen que el crecimiento
económico dependerá de si tomamos o no nuestras
vacaciones, es tiempo de preocuparse.

Entre capitalismo y neofeudalismo

En las conclusiones del citado trabajo de Hudson,
el economista estadounidense explica la dinámica
de este proceso: Mientras las economías se
contraen, el sector financiero se enriquece
convirtiendo sus títulos o certificados de deuda
–lo que los economistas del siglo 19 llamaban el
"capital ficticio" y que más tarde pasó a llamarse
capital financiero-, en apropiación de la
propiedad. Esto hace que una deuda que alcanzó
niveles irrealistas, porque no hay manera de que
pueda ser pagada bajo las existentes relaciones de
propiedad y de distribución de los ingresos, se
haya convertido en una pesadilla viviente. Es esto
lo que está sucediendo en Europa y es también el
objetivo de la Administración Obama () Esto hará
que EE.UU. se parezca a una Europa arruinada por
el creciente desempleo, los declinantes mercados y
el consiguiente síndrome de las adversas
consecuencias sociales y políticas provocado por
la guerra de los financieros contra el conjunto
que constituye el trabajo asalariado, la industria
y el gobierno.

Poniendo esta tendencia en el contexto de las
políticas de los bancos centrales, que han servido
para inflar los mercados bursátiles y
recapitalizar los bancos para que sigan
especulando, Hudson apunta que la economía es cada
vez menos y menos la esfera de la producción, del
consumo y el empleo, y de más en más la esfera de
creación de crédito para comprar activos,
convertir las ganancias e ingresos en pagos de
intereses hasta que la totalidad del superávit
económico y del repertorio de propiedades quede
prendado para pagar el servicio de la deuda. Y más
adelante concluye en que la actual tarea de los
economistas es "revivir la clásica distinción
entre la riqueza y los elevados ingresos, ganados
o inmerecidos, entre ingresos por ganancia o por
renta, y últimamente entre capitalismo y feudalismo".

El economista Michael Hudson explica, en el citado
trabajo, que la guerra económica actual no es como
la librada hace un siglo entre los trabajadores y
sus empleadores industriales. La finanza se movió
para capturar la economía en toda su amplitud,
industria y minería, infraestructura pública (vía
la privatización) y ahora hasta el sistema de
educación (la deuda de los estudiantes por un
billón de dólares excede la deuda de tarjetas de
crédito en 2012). De lo que se trata es de
"endeudar a los gobiernos, lo que da a los
acreedores una palanca para apropiarse de tierras,
infraestructuras públicas y otras propiedades del
dominio público. Endeudar las empresas permite que
los acreedores se apropien de los ahorros para la
pensión de los empleados. Y endeudar a los
trabajadores significa que ya no será necesario
emplear a rompehuelgas para atacar a los
organizadores de sindicatos y a los huelguistas".

De los "braceros" al "empleo permanentemente temporal"

Por las necesidades de la Segunda Guerra Mundial y
las políticas del New Deal, a partir de los años
40 del siglo pasado la fuerte expansión económica
estadounidense incorporó a millones de
trabajadores en empleos estables en las
industrias, mientras que en ciertas ramas de la
agricultura se adoptó –por la estacionalidad que
marca la división del trabajo- el "programa de
braceros" para traer a las "granjas"
estadounidenses a decenas de miles de campesinos
mexicanos. Estos trabajadores "migrantes"
mexicanos fueron contratados para efectuar
"trabajos temporales" en ramas de la agricultura
cuya existencia y rentabilidad dependían de la
disposición de una mano de obra barata, que
aceptara ser desplazada territorialmente a merced
de las necesidades de los productores, y quedar
excluida de la protección social, compensaciones
por enfermedades, antigüedad, etcétera.

En la misma época, según la socióloga
estadounidense Erin Hatton (2) fueron creadas en
EE.UU. empresas dedicadas al alquiler temporal de
fuerza laboral local, en particular femenina. En
el blog de "opiniones" del New York Times y como
parte de una serie sobre la desigualdad, Hatton
analiza el tema del "aumento de la permanente
economía temporal", o sea del subempleo o trabajo
temporal, señalando que si los políticos de
gobierno se hacen heraldos de la "creación de
empleos", pocos de ellos hablan del tipo de
trabajos que están siendo creados en EE.UU., país
donde según las cifras del censo un tercio de los
adultos que trabajan viven en la pobreza porque no
ganan lo suficiente como para vivir decentemente
ellos y sus familias.

Las cifras citadas por Hatton muestran que los
salarios de una cuarta parte de los empleos en
EE.UU. son inferiores a la "línea de pobreza"
trazada por el gobierno federal -23 mil 50 dólares
anuales- para una familia de cuatro personas, y
agrega que además de ser mal pagados esos empleos
son temporales e inseguros, y que es esta
categoría de empleos temporales la que más empleos
proporcionó a la economía estadounidense en los
últimos tres años, según los datos de la American
Staffing Association, que representa las diversas
"agencias de reclutamiento" de mano de obra para
trabajos temporales.

Es tan amplio el uso del empleo temporal, mal pago
e inestable, según la socióloga, que amenaza con
convertirse en la norma. En este análisis Hatton
aborda los orígenes de este tipo de empleo y
destaca que en lugar de elevar los estándares de
producción y de calidad de los productos, las
empresas estadounidenses adoptaron la estrategia
de bajar los salarios y cortar los beneficios
marginales, de convertir los empleos permanentes
en temporales y contingentes, aplastando a los
sindicatos y maquilando o mudando los trabajos.
Todo esto, apunta Hatton, no es motivo de ningún
escándalo.

En la segunda parte (¿Qué piensan algunos
economistas sobre la crisis y la realidad actual
del capitalismo?), veremos cómo esta realidad se
refleja en el pensamiento y análisis de un
creciente número de economistas, y el nacimiento
de una discusión en la cual está presente el
pensamiento de Karl Marx.

La Vèrdiere, Francia

Notas

1.- Michael Hudson, The Financial War against the
Economy at Large, 31 diciembre 2012,
NakedCapitalism.com

2.- Erin Hatton,
http://opinionator.blogs.nytimes.com/2013/01/26/the-rise-of-the-permanent-temp-economy/?partner=rss&emc=rss


- Alberto Rabilotta es periodista argentino -
canadiense.

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EN FALCÓN: Más de 9 kilómetros de tubería han soldado los voceros

CONTINÚA CONSTRUCCIÓN DE ACUEDUCTO BELÉN-LA GUACHARACA

 
 Luis E. Briceño (CNP: 12834)

Prensa Hidrofalcón.-

Los logros de las organizaciones comunitarias en Falcón se constatan con ejemplos como el de los voceros de Belén-La Guacharaca, en el municipio San Francisco, quienes administran y ejecutan un sistema de agua potable que beneficiará a miles de habitantes.

Las mesas técnicas de agua de las comunidades que comprenden este eje continúan desarrollando el acueducto, una obra impulsada y consolidada por el poder popular, de la mano con instituciones como el Gobierno Bolivariano del Estado e Hidrofalcón.

José Gregorio Quevedo, vocero de la mesa técnica de agua El Uruy, dijo que los voceros y en general los habitantes de la comunidad están comprometidos con la obra hidrosanitaria.

"Hemos soldado más de nueve kilómetros de tubería pead con equipos de termofusión, desde la aducción localizada en el manantial del sector La Guacharaca hasta la población de El Uruy, así como siete kilómetros de las redes de distribución y tomas domiciliarias en cada uno de los sectores beneficiados", acotó.

Quevedo refirió que además de las comunidades de Belén y La Guacharaca, se favorecerán sectores como El Cerey, Tuquere y El Uruy. En total cerca de 3 mil 600 compatriotas contarán con agua potable en sus casas gracias al trabajo de las mesas técnicas de agua con el acompañamiento institucional.

"Sólo en revolución es posible que las comunidades organizadas trabajen por su desarrollo a través de la consecución de servicios básicos, es lo que nuestro presidente Hugo Chávez nos ha inculcado y es nuestra bandera como poder popular", expresó finalmente el vocero.

Para dar mayor confiabilidad al servicio en Paraguaná

HIDROFALCÓN REALIZÓ MANTENIMIENTO EN ESTACIÓN LOS OLIVOS



Luis E. Briceño (CNP: 12834)

Prensa Hidrofalcón.-

Personal de la gerencia de Infraestructura y Mantenimiento de Hidrofalcón realizó labores de mejoras a la estación de bombeo Los Olivos, ubicada en la carretera Coro-Punto Fijo.

La intención de efectuar el mantenimiento a los equipos que componen esta importante infraestructura, es aumentar la confiabilidad en la distribución de agua potable a los compatriotas de la península y al Complejo Refinador Paraguaná, explicó Héctor Capielo, gerente general Prestación del Servicio Agua Potable y Saneamiento.

Capielo refirió que entre los trabajos desarrollados se realizó el mantenimiento de las válvulas de descarga en los equipos 1 y 2, con la finalidad de contar con un respaldo al ser requerido.

"Además del trabajo en las válvulas, reparamos las cajas porta cojinetes o rodamientos de los equipos 3, 4 y 5, y el cambio de los empaques a las bombas de los equipos. Toda esta serie de labores mejorarán significativamente el rendimiento de la instalación", acotó.

Finalmente el gerente general explicó que continuarán llevando a cabo los trabajos en las distintas instalaciones de la hidrológica, siempre con el objetivo de mejorar el servicio de agua potable a todos los falconianos.