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Elecciones y lucha de clases en la Unión Europea
Alberto Rabilotta
ALAI AMLATINA, 08/05/2012.- Las elecciones del pasado 6 de mayo en
Francia y Grecia confirman un rechazo mayoritario a las políticas
neoliberales de la Unión Europea (UE), y nos ofrecen una radiografía del
momento actual de la lucha de clases y de la polarización política que
en cierta medida está también manifestándose en otros países europeos
como consecuencia de la profunda y prolongada crisis financiera y económica.
En Francia como en Grecia la lucha de clases se manifestó tanto con el
ascenso de las fuerzas de extrema derecha - como el Frente Nacional (FN)
de Marine Le Pen en Francia o el partido Amanecer Dorado en Grecia -, y
la extrema derechización de corrientes importantes de las fuerzas
conservadoras – como el caso del Unión por un Movimiento Popular (UMP)
de Nicolás Sarkozy en Francia -, como en el surgimiento de frentes de la
izquierda radical, o sea el Frente de Izquierda de Jean-Luc Mélenchon en
Francia y la Coalición de la Izquierda Radical (Syriza) de Alexis
Tsipras en Grecia.
El aumento de votos de la extrema derecha es una manifestación del
aspecto desintegrador del liberalismo económico a nivel social, definido
muy bien, en sus propios términos, por Anna Diamantopoulos (ex ministra
del Desarrollo de Grecia y ex Comisionada Europea) en una carta (1)
dirigida a Jacques Delors y a Romano Prodi, ex comisionados europeos, en
la cual afirma que "la austeridad impuesta a los países europeos ha
hecho retroceder la UE a condiciones que se asemejan a los tiempos de
guerra": Es como una guerra cuando un país pierde el 20 por ciento de su
PIB en 18 meses. Es como en la guerra cuando vemos la reaparición de las
raciones en capitales europeas. Es como en la guerra cuando millones de
jóvenes, los mejores y mas brillantes, abandonan sus países… Grecia,
Italia, España, Portugal, Irlanda e incluso Francia están en el medio de
un incendio forestal que se extiende a una velocidad alarmante. Es
incorrecta la creencia de que ese incendio puede ser frenado en las
fronteras nacionales. El Consejo Europeo ha sido achicado por la
autoridad de su centro financiero, Alemania, agrega Diamantopoulos.
Resultado electoral en Francia
Para el Partido Comunista Francés (PCF), espina dorsal del Frente de
Izquierda, el resultado de esta elección presidencial fue ante todo una
sanción a la política ultraliberal, antisocial y autoritaria, de una
complicidad proclamada entre la oligarquía y la jefatura del Estado. El
"presidente de los ricos", señala el diario L'Humanité, puso el país al
servicio de los ricos, juzgando que la crisis creaba un estado de shock
propicio para romper las resistencias, exaltar los temores y poner de
moda las ideologías más reaccionarias Para ello, continúa el diario de
los comunistas franceses, Sarkozy había reclutado algunos ideólogos de
extrema derecha y orientado su campaña en ese sentido. El presidente
saliente deja en la derecha un paisaje inquietante, en el cual una parte
de sus tropas apuesta a un concubinato o un casamiento (de la UMP) con
la extrema derecha.
Para el PCF "la victoria de François Hollande es un claro y sincero no a
los cinco años de sarkozysmo, y también el índice de una poderosa
aspiración al cambio, a otra repartición de la riqueza, a la igualdad
que va más allá de los votantes del Frente de Izquierda". Destacando la
importancia de las elecciones legislativas de junio próximo, el Frente
de Izquierda considera que en esos comicios "será posible resistir a las
ofensivas de las fuerzas de la derecha y fortalecer un movimiento
popular que deberá hacerse entender con todo su peso para que "la
balanza pese a favor de una política francamente de izquierda. Los
franceses no estarán aislados en Europa. Las elecciones griegas
mostraron que la izquierda combativa dio un verdadero salto adelante,
convirtiéndose en la segunda fuerza del país. Y otras elecciones seguirán…"
Al elegir el socialista François Hollande la mayoría de los franceses
buscaron, según analistas de diversas tendencias políticas, poner fin a
la "monarquía republicana" del saliente Presidente Nicolás Sarkozy, a su
viraje hacia la extrema derecha para buscar el voto del xenofóbico y
demagógico FN, y asimismo enterrar el "merkozysmo", o sea las brutales
políticas de austeridad fiscal que Sarkozy y la Canciller alemana Ángela
Merkel impusieron a los países de la zona euro (ZE) de la UE.
En cuanto a poner fin a la "monarquía republicana" y al viraje hacia la
extrema derecha de Sarkozy, no caben dudas de que el nuevo gobierno
socialista pondrá todos sus esfuerzos, y que si el conjunto de las
fuerzas de izquierda - el PS, el FI y demás fuerzas progresistas -
logran en las elecciones legislativas de junio próximo ganar una mayoría
en la Asamblea Nacional, habrá una fuerte lucha para recuperar una parte
o la totalidad del terreno perdido en los últimos años en materia de
educación, de justicia y de otros derechos sociales.
Sobre el segundo aspecto, enterrar el merkozysmo, durante su campaña
electoral François Hollande prometió que si llegaba a la jefatura del
Estado terminaría con "la austeridad a no importa que precio", que
buscaría renegociar con Alemania el "pacto de estabilidad fiscal" (que
impone estrictos limites a los déficits presupuestarios de los países
miembros de la ZE), y que aplicaría una política de crecimiento
económico respetuosa del rigor fiscal necesario para reducir la deuda
pública y el déficit fiscal.
Por esa razón el triunfo de Hollande es visto por muchos analistas,
entre ellos el economista y Nóbel Paúl Krugman, como el anuncio del fin
del "eje franco-alemán", del "merkozysmo". Signo de los tiempos, el
martes 8 y en momentos en que la crisis política y financiera de Grecia
se precipita, la UE convoca "una reunión de crisis" para el 23 de mayo.
¿El fin del merkozysmo?
En una entrevista con Slate.fr (2), el 4 de mayo pasado y para ser
publicada luego de las elecciones, Hollande dijo que "tanto como creo en
el motor franco-alemán, de la misma manera contesto la idea de un
duopolio. La construcción europea reposa sobre una relación
Francia-Alemania equilibrada y respetuosa".
Y seguidamente recordó que las diferencias políticas entre los gobiernos
de ambos países no impidieron, en el pasado, el trabajo común y
"conjugar la gestión intergubernamental con el proceso comunitario, lo
que fue la mejor manera de evitar que nuestros socios tengan el
sentimiento de estar relegados, o peor aun sometidos. Este equilibrio
fue modificado en los últimos años. La relación franco-alemana fue
exclusiva. Las autoridades europeas fueron descuidadas y ciertos países,
notablemente los más frágiles, tuvieron la desagradable impresión de
estar frente a un directorio".
En cuanto a la política del crecimiento, Hollande declaró que la campaña
presidencial tuvo el mérito de hacer resurgir "la exigencia de
crecimiento", recordando que "el presidente del Banco Central Europeo,
Mario Draghi, se pronuncio a favor de un <pacto de crecimiento>, y que
los gobernantes de España, Portugal, Holanda e Italia admiten que la
austeridad por sí sola <no podrá permitir retornar al equilibrio de las
cuentas públicas>.
Al definir su propuesta de crecimiento Hollande habló "de reformas
estructurales que deberán ser efectuadas para mejorar la competitividad,
de reformar la fiscalidad y reforzar nuestra industria. Este es el
sentido del pacto productivo que yo he propuesto. La economía de la
oferta no es separable de una estimulación más directa de la demanda. No
con las formulas keynesianas de antes: los medios no pueden (provenir)
de gastos públicos suplementarios, porque nosotros queremos
controlarlos, ni de reducciones fiscales, que nos están prohibidas. Pero
la puesta en marcha de instrumentos a escala europea, eso pasa por el
aumento del capital del Banco Europeo de Inversiones, la movilización de
fondos estructurales, el impuesto sobre las transacciones financieras
que permitirá de financiar los trabajos de infraestructura. Europa
podría finalmente decidir de lanzar empréstitos", como los eurobonos.
En cuanto a la conocida oposición de Merkel a los eurobonos, Hollande
dijo que habrá discusiones "con nuestros socios, particularmente
nuestros amigos alemanes", que no pueden imponer "dos cerrojos a la vez,
uno sobre los eurobonos y otro sobre el refinanciamiento directo de las
deudas por el BCE".
El merkozysmo es eterno, dice Ángela Merkel
La reacción de Ángela Merkel en una conferencia de prensa en Berlín
luego de conocerse los resultados de las elecciones en Francia y Grecia,
según el reporte de
eurointelligence.com, fue de decir que el
"planteamiento básico en Europa es que después de las elecciones, sea en
un país grande o pequeño, no replanteamos todo lo que habíamos
previamente decidido". O sea que, según Merkel, los acuerdos con Sarkozy
son eternos.
Pero Merkel no está pulseando ahora solamente con Francia. El
sentimiento de que los pactos fiscales no son eternos y son
renegociables va ganando cada vez más adeptos. La contestación al
"dictado" alemán se precisa y se expande.
El pasado lunes la ex Presidenta de Latvia, Vaira Vike-Freiberga, y el
ex Comisionado Europeo Antonio Vitorino, de Portugal, argumentaron en un
articulo publicado por el diario polaco Gazeta Wyborcza que Alemania
estaba a la vez dominando y descuidando a la UE: ¿La Europa que está
emergiendo de la crisis del euro es alemana? Durante la crisis del euro,
el poder en la UE parece haber virado hacia una capital nacional en
particular, Berlín. Alemania, por lo que parece, está convirtiéndose en
un poder geo-económico dirigido por las necesidades del sector
exportador. Al usar medios económicos para proseguir sus fines de
política exterior, Alemania está gradualmente dándole la espalda a sus
socios europeos".
Esta pulseada entre la ortodoxia neoliberal de Merkel y un creciente
número de políticos y ex políticos que consideran que los planes de
austeridad fiscal están asfixiando a sus países, se expresa de manera
clara en el epicentro de la crisis de la ZE, Grecia, y en el resultado
de las elecciones del pasado domingo, cuando los dos "partidos de
gobierno", es decir los conservadores de Nueva Democracia y
socialdemócratas de Pasok que se comprometieron a aplicar con rigor el
"pacto fiscal" de merkozy, no alcanzaron a ganar el número de diputados
para disponer de la mayoría en el Parlamento, y por ello no pudieron
formar un gobierno.
Ante este fracaso el Presidente griego Karolos Papoulias pidió a Alexis
Tsipras, líder del segundo partido más votado, la Coalición de la
Izquierda Radical (Syriza), que intente formar un gobierno de coalición,
y lo primero que Tsipras declaró fue que "los compromisos de Grecia con
la comunidad internacional han dejado de ser válidos ahora que una
mayoría del pueblo griego ha votado por partidos que se oponen a los
términos del rescate" financiero.
La bolsa griega cayó al tiempo que se disparaba el temor, en los medios
financieros y políticos, de que esta crisis política llevaría a una
"salida desordenada" de Grecia de la ZE. Según reporta el diario
británico The Guardian, Tsipras enunció una larga lista de prioridades
para aplicar si logra formar un gobierno de coalición, lo que no está
totalmente descartado, aun cuando será muy difícil por la negativa del
Partido Comunista Griego (KKE) a participar en una coalición.
En esa lista de Tsipras figuran el cancelamiento inmediato de todas las
medidas pendientes que empobrezcan aun mas a los griegos, como la
reducción de las pensiones y salarios; de todas las medidas que minen
los derechos fundamentales de los trabajadores, como la abolición de los
acuerdos laborales colectivos; abolición inmediata de la inmunidad de
los legisladores ante la justicia penal y cambios en la totalidad del
sistema político, incluyendo la abolición del sistema que otorga 50
bancas suplementarias al partido que gana más diputados; investigación
de los bancos griegos y publicación de la auditoria que de estos bancos
hizo la firma BlackRock; creación de un comité internacional de
auditoria para investigar las causas de la deuda publica griega, con una
moratoria en todos los pagos del servicio de la deuda hasta que se
publiquen los hallazgos de la auditoria.
Si Tsipras no logra formar un gobierno los griegos serán convocados
nuevamente a las urnas, con el riesgo de una mayor polarización del
electorado y de un impasse político que - temen algunos financieros -
provoque una "salida desordenada" de Grecia de la ZE. Este martes la
bolsa griega cerró a su nivel más bajo de los últimos 20 años.
La precipitación de la crisis en Grecia es vista por varios analistas
europeos como la prueba de fuego para el nuevo Presidente francés. El 23
de mayo, en la reunión de urgencia de la UE, la situación de Grecia será
el centro del debate y Hollande deberá definir su política frente a la
intransigencia de Ángela Merkel y a las reivindicaciones de la mayoría
del electorado griego, que rechazó de plano las políticas de austeridad
y deflación del merkozysmo. Y al mismo tiempo definirá el alcance y los
limites de su política frente al merkozysmo.
La Vèrdiere, Francia
Notas
1.- El diario The Guardian cita esta carta en su edición del 8 de mayo.
2.- Esta entrevista fue efectuada el 4 de mayo, y el domingo 6, sabiendo
ya que había sido electo, François Hollande releyó el texto y efectuó
enmiendas. Ver el texto en :
http://www.slate.fr/story/54563/hollande-international-premiere-interview
- Alberto Rabilotta es periodista argentino - canadiense.
http://alainet.org/active/54685
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