Honduras: Un llamado urgente
Osvaldo León y Sally Burch
ALAI AMLATINA, 18/11/2011.- Tras el retorno de Honduras a la
Organización de Estados Americanos (OEA), en las esferas y organismos
internacionales ya no se habla de ese país, bajo el supuesto de que
estaría en curso un proceso de normalización, cuando en la realidad la
situación de violación de los derechos humanos es incluso más grave que
en el marco del Golpe de Estado. Sin embargo, no se ha establecido
mecanismo alguno de seguimiento.
Ecuador fue el único país que se opuso al retorno de Honduras al
organismo regional, exigiendo el cumplimiento previo de los requisitos
mínimos establecidos tanto en el informe de la Comisión de Alto Nivel de
la propia OEA como en el acuerdo de Cartagena. Por esta razón fue el
país escogido para la visita de una Misión de organizaciones sociales
hondureñas que busca poner el tema de Honduras nuevamente en la agenda
política de la comunidad internacional.
En tal perspectiva, esta iniciativa de diplomacia popular espera que
sobre todo los gobiernos progresistas que votaron a favor del reintegro
de Honduras a la OEA asuman su responsabilidad respecto a lo que está
pasando en este país, pues con ese voto tácitamente legitimaron el
"primer golpe de Estado del siglo XXI".
Durante la visita (15 - 17 de noviembre), organizada por CODHES y otros
organismos de derechos humanos, la delegación hondureña conformada por
seis integrantes dialogó tanto con autoridades como con organizaciones
sociales ecuatorianas. ALAI también sostuvo un intercambio compartido
con Bertha Cáceres, dirigenta del Comité Cívico de Organizaciones
Populares e Indígenas de Honduras (COPINH), y Joaquín Mejía, abogado e
investigador del Equipo de Reflexión, Investigación y Comunicación en
Radio Progreso. Esto fue lo que nos dijeron.
- Pregunta de cajón: ¿cuál es el propósito y alcance de esta Misión de
organizaciones populares?
JM.- El objetivo principal es intentar poner el tema de Honduras
nuevamente en la agenda política de la comunidad internacional pues
estamos asistiendo a un deterioro permanente en materia de derechos
humanos y, sin embargo, nos han dado las espaldas. En el marco del Golpe
de Estado las violaciones a los derechos humanos eran realizadas de
manera pública y manifiesta, pero desde la llegada al poder de Porfirio
Lobo Sosa, las violaciones han pasado a ser una especie de baja
intensidad; esto es, programadas, selectivas, etc.
De manera específica, hacemos un llamado a los gobiernos progresistas
que legitimaron el golpe de Estado cuando dijeron que Honduras puede
retornar a la OEA a pesar de una situación de gravedad en materia de
DD.HH., para que asuman su responsabilidad y en coherencia del
compromiso con la solidaridad del que tanto hablan, planteen seriamente
algún tipo de monitoreo sobre la situación de Honduras en el marco de
UNASUR, ALBA, CELAC e incluso la misma moribunda OEA, para que se tomen
medidas inmediatas, porque es una cuestión urgente que se está saliendo
de las manos de todos los actores, incluso del propio Lobo Sosa.
- Dices que hay un deterioro paulatino de la situación de DD.HH., ¿Es en
todo el país o en ciertas zonas, como por ejemplo en el Aguán?
JM.- Es en todo el país, lo que pasa es que hay zonas donde la
institucionalidad del Estado es prácticamente inexistente y lo que hay
está al servicio de los terratenientes, como pasa en el Aguán. Como
decía ahora las violaciones a los DD.HH. se dan bajo lo que podríamos
llamar de baja intensidad; es decir, se está asesinando, persiguiendo,
etc. a líderes y lideresas que tienen un perfil medio, pero lo
suficiente como para impactar y provocar medio y también lo suficiente
como para no implicar un escándalo más a nivel internacional. Entonces,
ahí hay unos patrones sistemáticos que se están siguiendo: seguimientos,
asaltos a oficinas de organizaciones o de personas, robo de computadoras
portátiles y de todos estos aparatos con información y por otro lado,
por ejemplo, más de una decena de periodistas han sido asesinados. Ni
siquiera en el marco del Golpe de Estado asesinaron a tantos periodistas.
Por otro lado, algo que no se vio tan crudo en el marco del Golpe de
Estado fue la desaparición forzada de personas. El Comité de Familiares
de Desaparecidos Detenidos en Honduras (COFADEH) ha documentado 14
personas desaparecidas hasta el momento, algunas de ellas son líderes
del Frente Nacional de Resistencia. Hay testigos que vieron que la
policía los detuvo, se los llevó, y desaparecieron.
Además, continúan los asesinatos y evidentemente en el Aguán se registra
la mayor cantidad: ya van 55 campesinos y campesinas asesinados, y luego
otros líderes y lideresas o miembros del Frente Nacional de Resistencia.
A eso se suma que continúan las detenciones ilegales, las torturas y
otros tratos inhumanos. Porque evidentemente lo que el golpe de Estado
hizo fue destruir la poca institucionalidad que se había construido en
casi tres décadas de democracia "formal". Entonces ante una
institucionalidad debilitada, evidentemente quienes copan posiciones son
los poderes fácticos: económicos, militares, religiosos que están
controlando el país.
Podemos igualmente ver que el golpe de Estado sigue ahí al constatar que
sus dinamismos están presentes actualmente. Toda la estructura del golpe
está completamente intacta. La Corte está ahí mismo, el Fiscal General
de la República está ahí, el Obudsman está ahí, en el Congreso Nacional
-son 128 diputados/as- 75 son los mimos que dieron el golpe de Estado;
por lo tanto están promoviendo leyes que tienen que ver con la concesión
y la venta del territorio, la criminalización a la protesta social, la
reducción de las garantías constitucionales, la entrega de las
facultades policiales a los militares, como está sucediendo ahora,
quienes declararon al golpista Micheletti como diputado vitalicio, al
estilo Pinochet, una figura que no existe en la Constitución de la
República.
Por otro lado uno ve también en las decisiones políticas de Lobo Sosa,
que mientras crea un Ministerio de Derechos Humanos, encaminado a lavar
la imagen internacional del régimen, por otro lado nombra al general
Romeo Vásquez que dio el golpe de Estado como gerente general de
Hondutel, la empresa de telecomunicaciones que en materia de
inteligencia militar es fundamental. Nombra a otro de los miembros de la
junta de comandantes como director de la Dirección General de Migración
y Extranjería, otra institución clave; aeronáutica civil… y podemos
mencionarles todas las instituciones claves que en el proceso de
desmilitarización de la sociedad de los años 90 se les quitaron a los
militares, y que ahora en el gobierno de Lobo Sosa se les está
entregando nuevamente.
De modo que los dinamismos del golpe están intactos, sin que se inmuten,
a pesar de que están documentadas las graves violaciones a los derechos
humanos. De hecho, la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, que es
oficialista, reconoció que en Honduras lo que se han cometido son
crímenes de lesa humanidad. No están hablando de simples delitos, y por
eso es que la fiscalía y la Corte Penal Internacional anunciaron un
examen preliminar sobre Honduras, al igual que Colombia, lo que
evidencia que hay una institucionalidad completamente fracasada y
cautiva y secuestrada por esos sectores que dieron el golpe.
- A inicios de diciembre se oficializará la existencia de la Comunidad
de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). ¿Han contemplado hacer
llegar a ese foro este llamado que están propiciando?
BC.– En nuestro Primer Encuentro Nacional contra la Militarización ya
acordamos plantearle a la CELAC que no colabore con el régimen, en
términos de financiación, de cooperación, en el tema de seguridad
particularmente, ya que estos fondos servirían al régimen para
fortalecer las estructuras y esa política represiva de militarización
que se ha agudizado; y también la ocupación de EE.UU. en nuestro país. Y
en tal sentido esperamos ser escuchados/as en ese espacio, ya que
pretende contrarrestar las políticas hegemónicas.
La intervención de EE.UU. en Honduras va como por los 100 años. Avanza
con todos sus intereses de enclave de transnacionales sobre los bienes
naturales: petróleo, minería, biodiversidad, nuestros bosques, la
riqueza hídrica, incluso cultural. Y esto ha hecho que EE.UU. no solo
tenga la base militar de Palmerola, sino que se haya desplazado
inmediatamente después del golpe a construir más bases militares en
regiones indígenas; por ejemplo, en Caratasca, en Mocorón, en Puerto
Lempira, a ocupar totalmente dos ríos muy importantes para los pueblos
indígenas, que son el Río Patuca y el Río Plátano, donde andan las
lanchas de las tropas gringas, y también la otra base que está en el
departamento insular de Islas de la Bahía. Y prevemos que podrían
activar otras dos bases militares que funcionaron en territorio lenca,
ya que se trata de un proyecto de seguridad para Centroamérica, que
fortalece el Plan Mérida y que no es otra cosa que el Plan Colombia.
- A propósito de Colombia, país con el cual el régimen viene
desarrollando mecanismos y acuerdos de cooperación, ¿Cómo catalogan esta
relación bilateral específica?
BC.- A tres días de la toma de posesión de Lobo, llegó Uribe a Honduras
y firmaron un acuerdo de cooperación en seguridad y también hay acuerdos
comerciales con Colombia. Pero además de los intereses puramente
económicos, está la presencia del Ejército colombiano que ha hecho
operaciones en Honduras como Ejército, además de la presencia
paramilitar colombiana, que asesoró el golpe de Estado y está entrenando
tropas para sacar delaciones bajo tortura. Hay una copia de la política
de seguridad democrática de Colombia hacia Honduras y están exportando
no solo paramilitares, sino también toda una política de saqueo; incluso
nosotros nos hemos encontrado en nuestros territorios con la presión de
transnacionales mineras de capital colombiano y de EEUU. Es una
combinación que para nosotros, claro, lo hemos denunciado, ahí está
creciendo además con todo el proceso de la privatización de la seguridad
y creo que la presencia del Ejército y el paramilitarismo colombiano van
a crecer.
- Decías que Honduras vive una situación que se le está saliendo de las
manos incluso al presidente Lobo. ¿Cuál es el margen real de maniobra de
Lobo?
JM.- Desde que él llegó al poder está tan solo como lo estaba Mel Zelaya
en su último día de gobierno. Si algo tiene de mando es únicamente en la
Casa Presidencial, como se ha visto últimamente con la cuestión del
involucramiento de la policía en el crimen organizado y en la ejecución
de jóvenes.
Casa Alianza ha documentado que desde el 98 hay casi 6 mil ejecuciones
extrajudiciales de niños, niñas y jóvenes menores de 23 años. Sólo en
octubre de este año fueron asesinados unos 65 jóvenes, el 70% menores de
18 años con los mismos patrones de ejecución extrajudicial tal como lo
plantea Naciones Unidas.
Pero sucede que el 21 y 22 de octubre, miembros de la policía asesinaron
a 2 jóvenes universitarios. Uno era el hijo de la rectora de la
Universidad Nacional Autónoma, que fue integrante de esta Comisión de la
Verdad oficialista, y entonces eso destapó la suciedad. Lobo
inicialmente dijo que son unas manzanitas podridas que hay en la
Policía, pero como se trata del hijo de la rectora, una persona que ha
estado a favor del régimen, se ha llegado a un punto en el cual ya no se
puede ocultar lo evidente. De hecho están suspendiendo a algunos
oficiales, cambiando policías, en un intento por lavar la imagen, pero
sin llegar al fondo del asunto del involucramiento serio de la policía
en los crímenes, no solo de jóvenes, de niños y de niñas, sino que
también en los feminicidios.
Ahora que a Lobo se le fue de las manos, que ya no puede negar esa
realidad del involucramiento de la policía en el crimen organizado,
entonces a los militares, los que dieron el golpe, se les está
presentando como los "salvadores de la patria", como los que ya fueron
los "salvadores de la democracia" y como aquellos que tienen que tomar
el control y los roles de la policía. Y eso se traduce en legalizar la
militarización que ya existe de la sociedad hondureña…
BC.- Agregaría que también es algo de doble filo porque esta crisis de
la policía se está usando para justificar e incrementar la
transnacionalización de las agencias privadas de seguridad, que en
Honduras son un poder. Hemos escuchado que van a llegar de otros países
agencias de seguridad y los dueños de estas agencias tienen historias de
terror de muchos países, como por ejemplo Argentina o de Israel, de
Colombia, de los mismos EEUU. Yo diría en Honduras tenemos un Estado de
caricatura, Lobo Sosa es un títere, porque a los poderes reales, a los
poderes fáctico, político, empresarial, militar, hay que agregar otro
más: el del narcotráfico, que tiene copado todo. No está infiltrado,
sino que controla todo.
Así se mueven muchas cosas, que implican incluso la agresión y
desplazamiento de comunidades indígenas y negras de sus propios
territorios, de sus formas de vida. Por ejemplo, nos preguntamos, si los
gringos han incrementado su presencia en la Mosquitia hondureña, ¿cómo
es que ha crecido el narcotráfico? ¿dónde está esa historia de lucha
contra el narcotráfico? Es pura mentira, lo que ellos quieren son
nuestros bienes naturales, nuestra soberanía y tener un control
geoestratégico, porque Honduras sigue siendo de mucho interés
geoestratégico de los gringos.
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