martes, 5 de julio de 2011

[alai-amlatina] Chávez ante su prueba más difícil

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Chávez ante su prueba más difícil

Atilio Boron

ALAI AMLATINA, 05/07/2011.- El inesperado retorno de Chávez y su
reciente declaración admitiendo haber sido operado de un tumor canceroso
han conmovido a la opinión pública dentro y fuera de Venezuela. La
derecha vernácula, fuertemente respaldada por sus soportes financieros y
políticos radicados en Estados Unidos y España y descaradamente apoyados
por Washington y Madrid se entusiasma (y se engaña) pensando que lo que
no pudo lograr en doce años: la destitución del líder bolivariano –por
cualquier método, sea por la vía electoral o por la sediciosa del golpe
militar o el paro petrolero- lo lograría ahora gracias al cáncer.

El pueblo chavista, en cambio, fue víctima de la incertidumbre provocada
por la inexplicable ausencia de noticias sobre la salud de Chávez y,
sobre todo, ante la cada vez más inverosímil versión de que su
prolongada estadía en La Habana obedecía a la extirpación de un absceso
pélvico. Los peores presagios se confirmaron cuando una declaración del
Canciller Nicolás Maduro reveló que el presidente estaba librando "una
gran batalla por su salud." No obstante, poco después y en vertiginosa
sucesión se produjeron cuatro novedades de importancia, de signo
contradictorio: primero, la difusión de un video grabado el 28 de Junio
en donde se ve a Chávez conversando animadamente con Fidel, el cual
aportó una transitoria dosis de tranquilidad que sería alterada, apenas
dos días después, por el anuncio hecho por el propio líder bolivariano
de que está luchando contra un cáncer. Cuando el pueblo se esforzaba por
metabolizar esta pésima noticia el oportuno "operativo retorno" de
Chávez, producido sorpresivamente en la madrugada del 4 de Julio, volvió
a fortalecer el ánimo de sus seguidores, lo que se ratificaría, en horas
de la tarde de ese mismo día, con la impresionante manifestación de
apoyo popular reunida para darle la bienvenida al país. Una vez más el
tablero político venezolano experimentaba un abrupto cambio.

La enfermedad de Chávez redobló la ofensiva (des)informativa de los
medios del imperio y sus aliados locales, arrojando por la borda sin
escrúpulo alguno sus poco creíbles pretensiones de objetividad y
profesionalidad y asumiendo plenamente su lugar en la lucha de clases y
su papel de agentes de la manipulación política al servicio de la
restauración oligárquica. Como bien lo anotara Modesto Emilio Guerrero,
la CNN tergiversó maliciosamente la información al tomar fuera de
contexto la declaración del Canciller bolivariano y reducirla a cinco
palabras para titular la noticia con un mensaje apocalíptico: "Chávez
batalla por su vida". Cabe recordar que lo mismo dijeron de Fidel en
numerosas ocasiones, pero según parece la frase resultó ser un tanto
prematura. La impotencia para derrotar a la revolución bolivariana hace
que los guardianes del viejo orden apelen a cualquier recurso con tal de
hacer avanzar un milímetro su innoble causa.

La prensa de derecha en Venezuela se regodeó anunciando con títulos de
catástrofe el padecimiento del presidente, exigiendo junto a la
alucinante e impresentable colección de políticos opositores (de lejos,
la mejor carta de triunfo de Chávez para las presidenciales del 2012)
que el Vicepresidente Elías Jaua asumiera la presidencia y se le
concediera una licencia por enfermedad al presidente bolivariano dado
que, siempre según la opinión de estos celosos custodios de la república
y la democracia, el hombre ya estaba fuera del juego.

El regreso de Chávez y la formidable movilización popular con que lo
recibiera su pueblo fueron suficientes para demostrar el absurdo
contenido en aquellas afirmaciones animadas por un afán, tan
incontenible como inocultable, de desestabilizar al gobierno. Su
aparición ante una multitud reunida en la Plaza Bolívar habla con
elocuencia de su extraordinaria capacidad de convocatoria, de ninguna
manera atribuible al fantasmal aparato partidario bolivariano, el PSUV,
cuya capacidad de movilización y organización se aproxima peligrosamente
al cero. La gente concurrió "por las suyas" dando rienda suelta a la
inmensa satisfacción que le producía el regreso de su líder. Hay que
señalar también otro dato muy significativo: Chávez lucía
sorprendentemente bien para un hombre que está siendo sometido a un duro
tratamiento oncológico. Pudo entonar el himno nacional con su habitual
enjundia y arengar con apasionamiento a sus seguidores. Fiel a su
estilo, hasta llegó a disculparse en su alocución, por no haber tenido
tiempo para chequear si el sonido llegaba hasta los últimos confines de
la manifestación. Sus ministros saben muy bien de esta vocación por
estar al día hasta de los menores detalles de su gestión, algo que en
esta fase de convalecencia en que se encuentra deberá ser rigurosamente
dosificado. Malas noticias pues para el imperialismo y la reacción que
apostaron a su alejamiento de la escena política o a la parálisis del
aparato gubernamental. Ni lo uno ni lo otro. Chávez volvió, y demostró
que su mística y su carisma siguen intactos. Y en relación a lo segundo,
lo que salta a la vista es que durante los 29 días que duró su
tratamiento médico en La Habana el gabinete ministerial –que incluye a
un buen número de promisorios jóvenes ministros y ministras- respondió
muy bien ante el desafío y continuó funcionando en consonancia con sus
parámetros habituales. Ni "vacío de poder", ni "ingobernabilidad", ni
"parálisis de la gestión", "ni inevitable torbellino político", como
profetizaban las Casandras de la oposición a través de sus múltiples
medios que, incidentalmente, controlan el 85 por ciento de la audiencia
de la prensa gráfica y los medios radiales y televisivos, lo que no es
óbice para que la derecha y el imperialismo siguen diciendo que Chávez
ejerce un control dictatorial sobre los medios de su país.

El líder bolivariano debe ahora priorizar su salud y ganar esa batalla
antes de lanzarse con fuerza al ruedo electoral del 2012. La estrategia
de sus enemigos será la provocación constante, para tentarlo a que se
involucre y desangre en las escaramuzas previas y hacer que llegue
física y psicológicamente debilitado a la compulsa electoral del año
próximo. Ojalá que su volcánico espíritu, que tanto le ha ayudado en el
pasado, pueda ahora ser controlado para responder con frialdad ante el
desafío de su salud y las provocaciones de la oposición. Se lo vio muy
bien durante su discurso del 4 de Julio. Pero sería un error fatal creer
que podrá mantener sin cambios el hiperactivismo presidencial del
pasado. Asumir a plenitud su enfermedad y las elevadas chances que tiene
de curarse sería uno de los más grandes servicios que podría prestar a
la revolución bolivariana. Venezuela y América Latina y el Caribe
necesitan de Chávez por largos años. Su visión estratégica y global, su
fuerza de voluntad y su capacidad para generar iniciativas que
fortalecen la autodeterminación de nuestros pueblos (como el ALBA,
Petrocaribe, Telesur, la Radio del Sur, el Banco del Sur, Petrosur y
tantas otras más) hacen de Chávez un aporte irreemplazable en las luchas
por la definitiva emancipación de Nuestra América. Es un hombre que hace
décadas viene librando exitosamente grandes batallas, pero esta es algo
especial. Dependerá en gran medida de él que podamos contar con su
valiosísima presencia en los tiempos decisivos que se avecinan.

- Dr. Atilio Boron, director del Programa Latinoamericano de Educación a
Distancia en Ciencias Sociales (PLED), Buenos Aires, Argentina
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