viernes, 15 de junio de 2012

[alai-amlatina] Economía verde versus Economía solidaria

- - - Servicio Informativo "Alai-amlatina" - - -

Economía verde versus Economía solidaria

Leonardo Boff

ALAI AMLATINA, 15/06/2012.- El documento cero de la ONU para la Río +20
todavía es rehén del viejo paradigma de la dominación de la naturaleza
para extraer de ella los mayores beneficios posibles para los negocios y
para el mercado. A través de él y en él el ser humano busca sus medios
de vida y subsistencia. La economía verde radicaliza esta tendencia,
pues como escribió el diplomático y ecologista boliviano Pablo Solón
«ella busca no sólo mercantilizar la madera de la selva sino también su
capacidad de absorción de dióxido de carbono». Todo esto puede
transformarse en bonos negociables por el mercado y por los bancos. De
esta manera el texto se revela definitivamente antropocéntrico, como si
todo se destinase al uso exclusivo de los humanos y la Tierra los
hubiese creado solo a ellos y no a otros seres vivos que exigen también
la sostenibilidad de las condiciones ecológicas para su permanencia en
este planeta.

En resumen: \"el futuro que queremos\", lema central del documento de la
ONU, no es otra cosa que la prolongación del presente. Éste se presenta
amenazador y niega un futuro de esperanza. En un contexto como este, no
avanzar es retroceder y cerrar las puertas a lo nuevo.

Hay además un agravante: todo el texto gira en torno a la economía. La
pintemos de verde o de marrón, ella guarda siempre su lógica interna que
se formula en esta pregunta: ¿cuánto puedo ganar en el menor tiempo, con
la menor inversión posible, manteniendo una fuerte competitividad? No
seamos ingenuos: el negocio de la economía vigente es el negocio. Ella
no propone una nueva relación con la naturaleza sintiéndose parte de
ella y responsable de su vitalidad e integridad. Muy al contrario, le
hace una guerra total como denuncia el filósofo de la ecología Michel
Serres. En esta guerra no tenemos ninguna posibilidad de vencer. Ella
ignora nuestros intentos, sigue su curso incluso sin nuestra presencia.
Tarea de la inteligencia es descifrar lo que ella nos quiere decir (por
los eventos extremos, por los tsunamis, etc), defendernos de los efectos
perjudiciales y poner sus energías a nuestro favor. Ella nos ofrece
informaciones pero no nos dicta comportamientos. Estos debemos
inventarlos nosotros mismos. Solamente serán buenos si están en
conformidad con sus ritmos y ciclos.

Como alternativa a esta economía de devastación, si queremos tener
futuro, necesitamos oponerle otro paradigma de economía de preservación,
conservación y sostenimiento de toda la vida. Necesitamos producir, sí,
pero a partir de los bienes y servicios que la naturaleza nos ofrece
gratuitamente, respetando el alcance y los límites de cada biorregión,
distribuyendo con equidad los frutos alcanzados, pensando en los
derechos de las generaciones futuras y en los demás seres de la
comunidad de vida. Ella adquiere hoy cuerpo a través de la economía
biocentrada, solidaria, agroecológica, familiar y orgánica. En ella cada
comunidad busca garantizar su soberanía alimentaria: Produce lo que
consume, articulando a productores y consumidores en una verdadera
democracia alimentaria.

La Río 92 consagró el concepto antropocéntrico y reduccionista de
desarrollo sostenible, elaborado por el informe Brundland de 1987 de la
ONU. Se transformó en un dogma profesado por los documentos oficiales,
por los estados y empresas sin ser nunca sometido a una crítica seria.
Secuestró la sostenibilidad sólo para su campo y así distorsionó las
relaciones con la naturaleza. Los desastres que causaba en ella eran
vistos como externalidades que no cabía considerar. Pero ocurre que
estos se volvieron amenazadores, capaces de destruir las bases
fisicoquímicas que sustentan la vida humana y gran parte de la biosfera.
Esto no ha sido superado por la economía verde. Esta configura una
trampa de los países ricos, especialmente de la OCDE (Organización para
la Cooperación y el Desarrollo Económico) que produjo el texto teórico
del PNUMA, Iniciativa de la Economía Verde. Con esto descartan
astutamente la discusión sobre la sostenibilidad, la justicia social y
psicológica, el calentamiento global, el modelo económico fracasado y el
cambio de punto de vista, una mirada distinta sobre el planeta que pueda
proyectar un futuro real para la humanidad y para la Tierra.

Junto con la Río +20 sería muy positivo rescatar también la
Estocolmo+40. En esta primera conferencia mundial de la ONU realizada
del 5 al 15 julio de 1972 en Estocolmo (Suecia) sobre el Ambiente
humano, el foco central no era el desarrollo sino el cuidado y la
responsabilidad colectiva por todo lo que nos rodea y que está en
acelerado proceso de degradación, afectando a todos y especialmente a
los países pobres. Era una perspectiva humanística y generosa, que se
perdió con la carpeta cerrada del desarrollo sostenible y, ahora, con la
economía verde.

- Leonardo Boff es Teólogo/Filósofo, autor de "Sustentabilidade: o que é
e o que não é", Vozes 2012.
Fuente: http://servicioskoinonia.org/boff/articulo.php?num=492

URL de este artículo: www.alainet.org/active/55664

Mas informacion: http://alainet.org
RSS: http://alainet.org/rss.phtml
Twitter: http://twitter.com/ALAIinfo

Te invitamos a sostener el trabajo de ALAI.
Contribuciones: http://alainet.org/donaciones.php
______________________________________
Agencia Latinoamericana de Informacion
email: info@alainet.org

Suscripciones: http://listas.alainet.org/listas/subscribe/alai-amlatina
Desuscripciones: mailto:sympa@listas.alainet.org?subject=UNS%20alai-amlatina