miércoles, 16 de noviembre de 2011

[alai-amlatina] El “Nuevo Orden” del capital financiero

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El "Nuevo Orden" del capital financiero

Alberto Rabilotta

ALAI AMLATINA, 16/11/2011.- La zona euro está siendo sacudida por los
mercados financieros. Al final de la jornada del martes 15, cuando la
tasa de interés sobre los bonos italianos superó el 7.0 por ciento, la
zona euro fue objeto de "una generalizada y total corrida en el mercado
de bonos" soberanos, lo que tuvo como consecuencia que "la crisis se
extendiera a Francia, Bélgica y Austria", como apunta el resumen
cotidiano de la prensa financiera europea del miércoles 16, efectuado
por Eurointelligence.com.

La precipitación de esta crisis representaría - según un despacho de la
agencia Reuters - el consenso del mercado financiero de que "los
gobiernos técnicos no pueden ser una solución a la crisis política". Los
acreedores financieros exigen que el Banco Central Europeo (BCE) acepte
"explícitamente (convertirse) en el prestamista de último recurso". Y a
través del ministro de Finanzas François Baroin, en entrevista con el
diario financiero Les Echos, el gobierno francés dijo estar "a favor de
una intervención de todas las instituciones europeas, incluyendo el BCE,
para aportar la mejor respuesta a la crisis () El banco central, que es
independiente, ha asumido el compromiso de estar disponible en el caso
de dificultades. Alemania, por razones históricas, ha cerrado la puerta
a una actuación directa del BCE". Baroin recordó que "sin perder su
independencia" los bancos centrales de Estados Unidos, Japón e
Inglaterra intervinieron para controlar la crisis.

El cambio de rumbo de Francia respecto al BCE no será bien recibido en
Alemania, ni tampoco en Holanda, cuyo primer ministro Mark Rutte declaró
en Londres que le gustaría "poder expulsar fuera de la zona euro a
algunos países", según reporta el diario británico The Guardian (16 de
noviembre 2011). Esta declaración de Mark Rutte y lo que se percibe como
"un intento de parte de Ángela Merkel y Nicolás Sarkozy de dirigir la
zona euro", apuntan los diarios franceses Le Monde y Les Echos, muestra
que la crisis se extendió a la esfera política de toda la zona euro.

Y como era previsible, esta política de Merkel y Sarkozy está agravando
la situación de la economía real en toda la zona euro: en el tercer
trimestre del 2011 la tasa de crecimiento económico de los 17 países de
la zona euro fue de 0.2 por ciento. En Grecia, según el diario
Kathimerini, la economía se contrajo 5.2 por ciento en ese período. Y
una contracción es prevista para el conjunto de la zona euro en el
cuarto trimestre, según The Guardian.

En entrevista con Reuters en Moscú el economista Nouriel Roubini
pronosticó que la política de austeridad aplicada en Grecia, Italia,
Portugal y España y la falta de un "prestamista de última instancia"
aseguran la salida de varios países de la zona euro (1).

La democracia (es un estorbo y) no tiene lugar en la Unión Europea

En tiempos de crisis salen más fácilmente a luz los ocultos intereses
que manejan los hilos del poder, y esto es particularmente cierto en el
contexto de la llamada "crisis de la deuda soberana" en la UE.

Por ejemplo, en un artículo titulado "En tiempos de crisis traigan a los
tecnócratas", que publica el diario canadiense The Globe and Mail (15 de
noviembre 2011), Fabrizio Tassinari, director de estudios sobre la Unión
Europea (UE) en el Instituto Danés de Estudios Internacionales, afirma
que el ascenso de tecnócratas no electos al poder político en Grecia e
Italia sugiere, al menos superficialmente, que ha sido roto el viejo
tabú contra los gobiernos tecnócratas que aplican una agenda dictada por
la UE.

El "déficit democrático" no figura, según Tassinari, entre las muchas
cosas que andan mal en la UE. Y agrega, con total franqueza, que este
"déficit democrático" es muchas veces percibido como "una falsedad
conveniente políticamente", para citar luego al académico Andrew
Moravcsik, de la Universidad Princenton, quien "desde hace tiempo
argumenta que la legitimidad de la UE proviene no de la urna electoral,
sino de su habilidad en proveer beneficios concretos a sus ciudadanos".
Lo que importa a los ciudadanos de la UE, según Tassinari, es la
seguridad, particularmente la seguridad económica.

"La regla no escrita en (la UE) parece ser que más despolitizado el
proceso, mayor legitimidad es ganada por los tecnócratas. Inversamente,
cuando la política se interpone ante la toma de una decisión, los
burócratas pierden credibilidad. Una objeción a delegar autoridad
política a los tecnócratas es que tales nominaciones equivalen a una
humillante limitación de la soberanía. En tiempos normales esto es
inaceptable para la mayoría de los ciudadanos. Pero en tiempos de crisis
la voz de tecnócratas neutrales ganan mayor legitimidad".

"La UE es un fondo voluntario de soberanías nacionales, pero las
exigencias planteadas ahora a Italia y Grecia son el dictado de otras
naciones soberanas. Un gobierno de unidad nacional dirigido por un
tecnócrata en lugar de una administración a cargo de políticos electos
no cambia cualitativamente el hecho de que son los extranjeros quienes
están demandando las reformas",

Para Tassinari la legitimidad de los tecnócratas de la UE se debe al
condenatorio veredicto de los ciudadanos sobre el comportamiento de "la
totalidad de la clase política" del país sometido al tutelaje.

Colusión de la codicia financiera y el dogma económico

El interés exigido para los bonos italianos linda el 7.0 por ciento, una
tasa de interés que definitivamente asegura, incluso con una respetable
tasa de crecimiento económico, la bancarrota de las finanzas públicas.
De esta manera el mercado financiero global está dejando en claro que
los "podestá" impuestos en Grecia e Italia por la Troika de la
CE-BCE-FMI (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario
Internacional), es decir Lucas Papademos y Mario Monti, no son garantía
suficiente para los acreedores, que no basta con la extirpación de la
democracia parlamentaria.

Hace casi una década el profesor Henry Mintzberg, de la facultad de
Administración de la Universidad McGill en Montreal, me decía en
entrevista (2) que era necesario salvar a las empresas de los vicios de
un sistema capitalista que había quedado en manos de una "intima
coalición liberal de financieros y economistas", estos últimos
encargados de justificar a los primeros cuando para "crear valor"
destinado a los accionistas se dedican a despedazar o corromper a las
empresas, y por supuesto a despedir el mayor número posible de
empleados. Mintzberg definía esa coalición, que según él había adquirido
ya "dimensiones un tanto demenciales", como una entre "la codicia
financiera y el dogma económico, con los economistas formando una intima
coalición liberal con los financieros, proveyéndoles a estos últimos la
racionalidad y las justificaciones para la codicia."

¿Qué mejor ilustración de ésta coalición que la designación por la
"troika" de dos economistas y banqueros que sirvieron al banco de
inversiones Goldman & Sachs para gobernar Grecia e Italia? ¿Qué es la
llegada de Lucas Papademos y de Mario Monti sino la capitulación de la
democracia liberal ante las instituciones financieras, ante el club de
acreedores? ¿Y por qué los mercados financieros están insatisfechos?

El problema con la sociedad de mercado es que obligatoriamente la
sociedad debe estar al servicio del mercado, escribía a mediado de los
años 40 el economista Karl Polanyi (3), al analizar la historia del
libre mercado o del mercado autorregulado, y en particular la etapa del
laissez-faire que condujo a la Gran Depresión de los años 30.

Y cuando se refería a "la sociedad al servicio de los mercados" Polanyi
estaba apuntando a que el desenvolvimiento del mercado autorregulado, lo
que hoy calificamos de neoliberalismo, encuentra necesariamente un
escollo en la democracia, lo que explica el surgimiento a finales de los
años 20 y comienzo de los 30, del siglo pasado, del "Nuevo Orden", del
corporativismo fascista en Europa.

¿Cuán nuevo será ese orden?

En su libro "La Gran Transformación" Polanyi recuerda que el fascismo
fue la solución al impasse a que llegó el capitalismo liberal, una
suerte de reforma de la economía mercantil lograda a costa de la
extirpación de todas las instituciones democráticas, tanto en el terreno
político como en el industrial. ¿Y cómo se llegó al impasse? Cuando el
sistema político de muchos países perdió su razón de ser en las recetas
economicistas que quemaron gobiernos bien intencionados, desgastaron las
instituciones cívicas y los partidos políticos, y crearon el desencanto
que llevó a los ciudadanos a votar por "el orden", por los partidos
fascistas.

En septiembre pasado el dirigente político francés Jean-Luc Mélenchon
(4), candidato a Presidente en las elecciones del 2012 por el Frente de
Izquierda, alertaba sobre el "golpe de Estado de los financieros" y la
"nueva etapa de la tentación totalitaria" en la UE. Esta semana
Mélenchon escribe, en su blog, que "la democracia parlamentaria no cesa
de ser pisoteada" por los mercados financieros: "Consternante caída de
dos primeros ministros en Grecia e Italia () Pero sus caídas tuvieron
lugar de una manera que da frío en el espinazo! Los 'mercados' son
claramente más fuertes que toda estructura e institución política. En el
caso de Berlusconi el editorial del diario Le Monde (considera su
salida) como un éxito que 'la izquierda fue incapaz de lograr' () Pero
la lección se lee rápido: ¿de qué sirve una oposición si basta con los
mercados? ¿Para qué sirve la democracia?"

Mélenchon añade que muy pronto veremos como los partidarios de "la única
política posible" no se contentarán con sólo acompañar los golpes de
Estado de las finanzas, ni tampoco con justificarlos, sino que "los
pedirán!". Esto, agrega, se debe a la deriva autoritaria de (la UE), a
su acostumbrado desprecio por los votos populares, y esto devendrá una
banal cultura política para "las cohortes de satisfechos de la derecha y
de la izquierda social-centrista.".

El "nuevo orden" de los financieros está en marcha y hay de que
alarmarse porque lo que está sucediendo en la UE, según denuncia
Mélenchon apoyándose en los hechos, y en lo que describe Tassinari,
tiene mucho en común con lo que hace más de 65 años describía Polanyi al
analizar las consecuencias políticas, sociales y económicas de las
políticas liberales del laissez-faire en los años 20 que en su derrumbe
condujeron directo a la crisis financiera de 1929 y a la Gran Depresión
de los años 30, facilitando el ascenso al poder – por vía electoral,
cabe recordarlo – del "Nuevo Orden", o sea del corporativismo fascista.

Notas


1.-
http://www.economonitor.com/nouriel/2011/11/14/video-roubini-in-moscow-diagnoses-the-eurozone/

2.- Entrevista con Henry Mintzberg, publicada en el diario Milenio de
México en octubre del 2002 bajo el seudónimo Rodolfo Ara.

3.- Karl Polanyi, La Grande Transformation, Editions Gallimard, 1983. La
primera edición, en inglés, data de 1944.

4.- Jean-Luc Mélenchon, diputado francés en el Parlamento Europeo,
copresidente del Partido de Izquierda y candidato a Presidente del
Frente de Izquierda – formado por el Partido Comunista Francés, el
Partido de Izquierda e Izquierda Unitaria - para las elecciones del 2012
en Francia.
http://www.jean-luc-melenchon.fr/2011/11/10/pendant-la-tempete-la-campagne/


- Alberto Rabilotta es periodista argentino.


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