EEUU: Una estafa de 16 billones de dólares
Atilio A. Boron
ALAI AMLATINA, 01/08/2011.- La atención de la opinión pública
internacional está centrada en el acuerdo pírrico firmado entre Barack
Obama y el Congreso mediante el cual el presidente se compromete a
aplicar un duro programa de ajuste fiscal, centrado en el recorte de
gastos sociales (salud, educación, alimentación) e infraestructura por
2.5 billones de dólares (2.500.000 millones de dólares) pero
preservando, como lo exige el Tea Party, el nivel actual del gasto
militar y su eventual expansión. A cambio de esto, la Casa Blanca
recibió la autorización para elevar el endeudamiento de Estados Unidos
hasta 16.4 billones de dólares (es decir, 16.400.000 millones de
dólares), cifra superior en unos dos billones al PIB de ese país. Con
esto se espera –confiando en la "magia de los mercados"- superar la
crisis de la deuda pública y reactivar la languideciente economía
norteamericana. Esta receta ya fue implementada a sangre y fuego en
América Latina y no funcionó; y tampoco lo hizo en la convulsionada
Europa de estos días. Con este acuerdo lo único seguro será el
agravamiento de la crisis y, de su mano, la acentuación de la
belicosidad norteamericana en el escenario mundial.
"Socialismo" para los ricos, mercado para los pobres
El debate sobre el posible default de EEUU eclipsó por completo un
escándalo financiero de inéditas proporciones: El 21 de Julio pasado se
conoció el resultado de la auditoría integral realizada por la Oficina
Gubernamental de Rendición de Cuentas (Government Accountability Office,
GAO por su sigla en inglés) en la Reserva Federal (Fed), el banco
central de los Estados Unidos, la primera que se practica a dicha
institución desde que fuera creada en 1913.(1) Los resultados son
pasmosos: en un plazo de poco más de dos años y medio, entre el 1º de
Diciembre del 2007 y el 21 de Julio de 2010, la Fed otorgó préstamos
secretos a grandes corporaciones y empresas del sector financiero por
valor de 16 billones de dólares, una cifra mayor que el PIB de los
Estados Unidos que en el año 2010 fue de 14.5 billones de dólares y más
elevada que la suma de los presupuestos del gobierno federal durante los
últimos cuatro años. No sólo esto: la auditoría reveló también que 659
millones de dólares fueron abonados a algunas de las instituciones
financieras beneficiadas arbitrariamente por este programa para que
administrasen el multimillonario salvataje de bancos y corporaciones
dispuesto como mecanismo de "salida" de la nueva crisis general del
capitalismo. De ese gigantesco total unos 3 billones fueron destinados a
socorrer a grandes empresas y entidades financieras en Europa y Asia. El
resto fue orientado al rescate de corporaciones estadounidenses,
encabezadas por el Citibank, el Morgan Stanley, Merrill Lynch y el Bank
of America, entre las más importantes. Todo esto mientras la crisis
profundizaba hasta niveles desconocidos la desigualdad económica dentro
de la población estadounidense a la vez que hundía a crecientes sectores
sociales en la pobreza y la vulnerabilidad social. Por supuesto, esta
información apenas si mereció un espacio completamente marginal en la
prensa financiera, tanto la internacional como la norteamericana, o en
los grandes medios de comunicación de Estados Unidos. Son noticias que,
como recuerda Noam Chomsky, no tienen por qué ser conocidas por el gran
público.
Las asombrosas revelaciones de este informe deberían habilitar una
discusión, sobre varios temas de gran importancia. Uno, la
extremadamente desigual distribución de los esfuerzos requeridos para
enfrentar la crisis. Hasta ahora aquellos han sido aportados por los
trabajadores, mientras que las grandes fortunas personales o
corporativas así como los fenomenales ingresos de los más ricos, se han
beneficiado con las rebajas de impuestos y rescates multimillonarios
dispuestos por George W. Bush y ratificados por Barack Obama en el
reciente acuerdo. Dos, sobre los inexistentes -o sumamente débiles e
ineficaces- mecanismos de auditoría y control democrático sobre las
políticas y decisiones de una institución crucial para la economía
norteamericana y el bienestar de su población como la Fed. Tres, sobre
la dudosa compatibilidad existente entre un orden que se autoproclama
democrático y el estatuto jurídico e institucional de la Fed como
entidad autónoma que no tiene la obligación de rendir cuentas ante
ninguna instancia de control democrático. En relación a esto último la
Fed manifestó su predisposición a "considerar muy seriamente" las
recomendaciones de la GAO, pero al no ser una institución gubernamental
no puede ser forzada a aceptarlas. Pese a su carácter privado el
Presidente (Chairman) de la Fed y los siete miembros de su directorio
son designados por el Presidente de los Estados Unidos y sujetos a su
posterior confirmación por el Senado. Pero contrariamente a lo que
piensa la abrumadora mayoría de la población norteamericana la Fed no es
una agencia del gobierno federal sino una corporación privada. En
términos políticos es el partido del capital financiero. Su autonomía es
tan grande que no se saldría un milímetro de la legalidad si sus
autoridades decidieran desoír las recomendaciones de la GAO o rebelarse
abiertamente contra ellas. No existe, para la Fed, la rendición
democrática de cuentas ante la comunidad y por ser una entidad de
derecho privado no tiene por qué acatar ni siquiera lo dispuesto en la
Ley de Libertad de Información, cuya jurisdicción se extiende tan sólo a
las instituciones públicas. Situación aberrante si las hay: una cifra
equivalente al total de la deuda pública estadounidense que puso a EEUU
al borde del default fue desembolsada en rescates fraudulentos, secretos
y muy beneficiosos para los prestatarios y lesivos para el
contribuyente, con cuyo dinero un banco central "independiente" como la
Fed financió toda esta operación. Cabe preguntarse: ¿independiente de
quién?
¿Conspiración de silencio?
El escándalo revelado por la auditoría tuvo casi ninguna repercusión en
Estados Unidos. El "Chairman" de la Fed, Ben Bernanke, se hizo el
desentendido y expresó que en momentos en que se temía un default de ese
país lo importante era resguardar la credibilidad de la Fed y del
sistema monetario estadounidense. Pese a que el GAO es un organismo de
apoyo a las labores del Congreso las reacciones de representantes y
senadores ante la divulgación del informe fueron del más absoluto e
inmoral silencio. Hasta donde hemos podido indagar una de las poquísimas
voces disonantes fue la del senador Bernie Sanders, del estado de
Vermont. Sanders es una rara avis no sólo en el Congreso sino en la
política estadounidense: es un político que se declara como socialista y
que fue electo como candidato independiente en alianza con el partido
demócrata, única manera de superar el asfixiante bipartidismo imperante
en Estados Unidos. Elegido como senador en el 2007 con un 65 % de los
votos, un aluvión electoral muy poco frecuente en la política de ese
país, fue apoyado por diversos movimientos sociales y pequeñas
organizaciones políticas de Vermont. Sanders reaccionó duramente cuando
se conoció el informe.(2) Transcribimos a continuación algunos de los
párrafos más destacados de la declaración emitida por su oficina de
prensa, que prácticamente no fue levantada por ningún medio de los
Estados Unidos, y que dice lo siguiente:
21 de Julio, 2011.
"La primera auditoría integral de la Reserva Federal descubrió nuevos
asombrosos detalles acerca de cómo los Estados Unidos suministraron la
friolera de 16 billones de dólares (16.000.000 de millones) en préstamos
secretos para rescatar bancos y empresas estadounidenses y extranjeras
durante la peor crisis económica desde la Gran Depresión. Una enmienda
propuesta por el Senador Bernie Sanders a la ley de reforma de Wall
Street -aprobada hace exactamente un año atrás esta semana- había
ordenado a la Oficina Gubernamental de Rendición de Cuentas (Government
Accountability Office) llevar a cabo ese examen. "Como resultado de esta
auditoría ahora sabemos que la Reserva Federal suministró más de 16
billones de dólares en asistencia financiera total a algunas de las más
grandes corporaciones e instituciones financieras en los Estados Unidos
y el resto del mundo", dijo Sanders. "Esto es un clarísimo caso de
socialismo para los ricos y descarnado individualismo tipo 'sálvate como
puedas' para los demás."
Aclaración: la Government Accountability Office (GAO) es una agencia
independiente y no partidaria que trabaja para el Congreso de los
Estados Unidos. La misión de la GAO es investigar la forma en que el
gobierno federal dispone de los dólares de los contribuyentes. El jefe
de la GAO es el Contralor General de los Estados Unidos, y es designado
por un período de 15 años por el Presidente a partir de una lista de
candidatos elaborada por el Congreso. El jefe actual de la GAO es Gene
L. Dodaro, quien había sido nominado por el Presidente Barack Obama en
Septiembre de 2010 y confirmado en su cargo en Diciembre de ese mismo
año al ser confirmado en su puesto por el Senado. (Nota de A. Boron)
Entre otras cosas la auditoría estableció que la Reserva Federal "carece
de un sistema suficientemente exhaustivo para tratar casos de conflictos
de interés, a pesar de que existen serios riesgos de abusos en este
sentido. De hecho, según esta auditoría la Reserva Federal emitió
dispensas de conflicto de interés a favor de empleados y contratistas
privados a fin de que pudieran mantener sus inversiones en las mismas
corporaciones e instituciones financieras que recibían préstamos de
emergencia."
"Por ejemplo, el CEO de JP Morgan Chase cumplía funciones en el
Directorio de la Reserva Federal de Nueva York mientras su banco recibía
más de 390.000 millones de dólares en ayuda financiera por parte de la
Reserva Federal. Además, JP Morgan Chase actuaba como uno de los bancos
de compensación para los programas de préstamos de emergencia de la Fed."
"Otro hallazgo perturbador de la GAO es el que refiere que el 19 de
Septiembre del 2008 el señor William Dudley, presidente de la Reserva
Federal de Nueva York, recibió una dispensa para permitirle conservar
sus inversiones en AIG (American International Group, un líder mundial
en el campo de los seguros) y GE (General Electric) mientras estas
compañías recibían fondos de rescate.. Una razón por la cual la FED no
obligó a Dudley a vender sus acciones, según la auditoría, fue porque
tal acción podría haber creado la apariencia de un conflicto de intereses."
"La investigación también reveló que la Fed tercerizaba a contratistas
privados como JP Morgan Chase, Morgan Stanley y Wells Fargo la mayoría
de sus programas de préstamos de emergencia. Estas mismas firmas también
recibían billones de dólares de la Fed por préstamos concedidos a tasas
de interés cercanas al cero."
Los principales beneficiarios de estos préstamos –concedidos entre el 1º
de Diciembre de 2007 y el 21 de Julio de 2010- son los siguientes:
Citigroup: $2.5 billones ($2,500,000,000,000)
Morgan Stanley: $2.04 billones ($2,040,000,000,000)
Merrill Lynch: $1.949 billones ($1,949,000,000,000)
Bank of America: $1.344 billones ($1,344,000,000,000)
Barclays PLC (United Kingdom): $868 mil millones ($868,000,000,000)
Bear Sterns: $853 mil millones ($853,000,000,000)
Goldman Sachs: $814 mil millones ($814,000,000,000)
Royal Bank of Scotland (UK): $541 mil millones ($541,000,000,000)
JP Morgan Chase: $391 mil millones ($391,000,000,000)
Deutsche Bank (Germany): $354 mil millones ($354,000,000,000)
UBS (Switzerland): $287 mil millones ($287,000,000,000)
Credit Suisse (Switzerland): $262 mil millones ($262,000,000,000)
Lehman Brothers: $183 mil millones ($183,000,000,000)
Bank of Scotland (United Kingdom): $181 mil millones ($181,000,000,000)
BNP Paribas (France): $175 mil millones ($175,000,000,000)
Wells Fargo & Co.: $159 mil millones ($159,000,000,000)
Dexia SA (Belgium): $159 mil millones ($159,000,000,000)
Wachovia Corporation: $142 mil millones ($142,000,000,000)
Dresdner Bank AG (Germany): $135 mil millones ($135,000,000,000)
Societe Generale SA (France): $124 mil millones ($124,000,000,000)
Todos los demás: $2,6 billones ($ 2,639,000,000,000)
Total: $16.115 billones ($ 16.115.000.000.000)
Notas:
(1) La versión completa del informe de la GAO puede consultarse en :
http://www.gao.gov/new.items/d11696.pdf
(2) Ver sus declaraciones en:
http://sanders.senate.gov/newsroom/news/?id=9e2a4ea8-6e73-4be2-a753-62060dcbb3c3
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