lunes, 22 de agosto de 2011

[alai-amlatina] AA+: nuevos e inminentes peligros para América Latina

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AA+: nuevos e inminentes peligros para América Latina

Sergio Barrios Escalante

ALAI AMLATINA, 22/08/2011.- "Cualquier cosa que pueda decirse acerca de
lo sucedido [en los mercados financieros] en las dos primeras semanas de
agosto, los movimientos del mercado acaecidos no tienen precedentes, no
son naturales y nos obligan a estar vigilantes".

("Titanic Battle or Insider Training? The S&P Downgrade and the
Bilderbergers: All Part of the Plan?": Ellen Brown; Global Research,
August 18, 2011).

La reciente degradación de la calidad del crédito de la economía
norteamericana, y la subsiguiente oleada de pánico financiero que se
genera como consecuencia de ello, constituye una amenaza a los estómagos
ya semi-vacíos de millones de latinoamericanos que ahora padecen hambre.

Cuál es la relación y cómo y porqué es que se presenta esta nueva
amenaza, es el la preocupación central del presente artículo.

El acuerdo de última hora logrado entre el gobierno de Obama y los
representantes del Partido Republicano en el Congreso, en torno a la
reducción del techo presupuestario y a los compromisos gubernamentales
por reducir el tamaño de la deuda norteamericana, hizo pensar a muchos
que la debacle había quedado conjurada.

Sin embargo, tan sólo tres días después del emblemático 2 de agosto
(fecha pre-establecida como límite para lograr dicho acuerdo), cuando
todo mundo, o casi todo mundo, pensaba que la incertidumbre ya había
pasado, la agencia Standard & Poor decidió, contra todo pronóstico,
degradar la calidad crediticia de Estados Unidos, un privilegio que
ostentaba desde 1917, rebajándola desde AAA al nivel de AA+.

Aunque en los días previos habían corrido rumores acerca de tal
posibilidad, la mayoría de analistas consideraban que de darse
remotamente ese caso, los efectos de una decisión de esa naturaleza no
pasarían de ser meramente simbólicos.

Pero la verdad es que los rumores resultaron ciertos, y el día viernes 5
de agosto la agencia S & P emitió su anuncio, y contrario a lo previsto
por muchos, en menos de 72 horas los efectos dramáticos propios de un
tsunami financiero se dejaron sentir en las principales bolsas de
valores de todo el orbe, provocando durante varios días consecutivos
(entre el lunes 7 y jueves 18 de agosto), una sucesiva oleada de caídas
de más de 400 puntos como promedio en cada uno de esos días, provocando
el desplome bursátil más drástico desde el estallido de la crisis
financiera de septiembre de 2007 y 2008 (1).

De lo argumentado por Ellen Brown, al revisar ciertos detalles que se
presentaron en la inesperada decisión de S & P, se infiere que ella
llega a la conclusión de que en términos prácticos (políticos), la
histórica determinación tomada por esa agencia calificadora representa
una verdadera patada al tablero del ajedrez bursátil y financiero, no
sólo de los Estados Unidos sino a escala internacional (2), entre otras
cosas, por las dificultades adicionales que tal decisión conllevará para
la recuperación económica norteamericana.

Desde otra perspectiva, pero igualmente coincidente, la revista The
Economist señala que la propia S & P había estimado que una degradación
como la que efectivamente tuvo lugar, implicaría pérdidas de entre unos
US $ 50 a 100 millones de dólares a los tenedores de bonos del tesoro, e
incrementaría el costo del crédito en alrededor de US $2.3 a 3.8
millones por cada billón de la deuda del gobierno norteamericano (3).

Dichos cálculos han sido desestimados por creerse que son exagerados
(4), pero de todos modos, aunque los efectos de la degradación de la
deuda no tuviesen esas consecuencias, el sólo hecho de que el gobierno
norteamericano empiece a ejecutar los compromisos asumidos en torno al
proceso de gradual reducción del déficit (recortar el déficit de un 10 %
del PIB a un 8 %), hará más difíciles las cosas para la economía y su
necesidad de recuperación (5).

Otro aspecto que resalta Ellen en su artículo relativo a la degradación
de la calidad de deuda norteamericana, es que, según su análisis, hubo
gente estrechamente ligada al llamado grupo "Bilderberg" (el sindicato
de los ultra-ricos del planeta), que en el último momento intervino en
la decisión de S & P (6).

De todas maneras, más allá de estas consideraciones y apreciaciones, la
realidad es que las consecuencias de la decisión de S & P han resultado
cualquier cosa menos inofensivas, desatando un verdadero pánico
financiero internacional.

China (quien posee US $ 1.2 billones de dólares en bonos del tesoro
estadounidense) fue la primera nación en reaccionar. Al conocer la
noticia de inmediato ha abandonado su acostumbrado leguaje moderado y
diplomático hacia EEUU, protestando airadamente por tal decisión, ya que
serán los mayores afectados.

Y aunque de momento no sabemos a ciencia cierta si el actual tsunami
financiero se debe a consecuencias reales (e inmediatas) de la
degradación de la calidad de la deuda, o si únicamente es una
consecuencia del efecto y pánico psicológico a un posible contagio de la
crisis norteamericana.

En todo caso, lo cierto es que aunque el fenómeno de la AA+ no sea más
que un mero efecto simbólico, los chinos no serán los únicos afectados
con la profundización de la recesión en Estados Unidos.

América Latina también enfrentará mayores problemas y desafíos, tanto
por la vía de la reducción de las remesas como por el incremento de las
remesas (de hecho, con el actual escenario de crisis interna Obama ya ha
deportado a 2 millones de latinoamericanos en tan sólo 2 años; a Bush
hijo le tomó ocho años para expulsar la misma cantidad).

Pero hay otro riesgo todavía mayor para América Latina. Aunque
ciertamente, tal y como lo asumen los expertos en estos temas, los bonos
del tesoro estadounidense siguen siendo los más seguros, persiste el
riesgo de que la profundización de la crisis financiera estadounidense y
mundial, empuje a un número cada vez mayor de capitales depredatorios, a
refugiarse en el mercado de las materias primas (commodities), donde
actualmente productos como el petróleo, gas, el oro, la plata, los
metales ferrosos y minerales raros, así como, desgraciadamente,
alimentos básicos como el trigo y el arroz, despiertan lujuriosas
ambiciones especulativas.

Una mayor desbandada de capitales especulativos huyendo en busca de
refugio en el oro, traerá como consecuencia inevitable mayores luchas
por recursos como el agua en las comunidades donde se asientan los
tentáculos operativos de éstas corporaciones; a su vez, mayores
capitales depredatorios refugiándose en las compras a futuro de los
alimentos (hay países africanos que ya tienen vendidas y comprometidas
sus cosechas hasta para el 2100), sólo traerá como consecuencia
inevitable más carestía de la vida y más hambre.

Por todo ello es que resulta crucial que los diversos sectores que
componemos el campo popular latinoamericano, presionemos dentro y fuera
de los proyectos de integración regional autonómica (ALBA, UNASUR,
BANSUR, etc.), para que se exija a Naciones Unidas que encabece la lucha
contra la impunidad del terrorismo financiero.

Debemos exigir que se diseñe y apruebe en el seno de la ONU, una Carta
contra el Terrorismo Financiero, que incluya la prohibición expresa de
que los capitales especulativos hagan negocio con la comida de la
humanidad, que se prohíba la venta obligada de las tierras de las
comunidades indígenas y campesinas, y que la protección de los recursos
acuíferos y forestales esté por encima de la explotación del oro.

Ya no se trata únicamente de enfrentar los enormes desafíos del cambio
climático. Debemos también hacer frente a los efectos altamente nocivos
y devastadores del terrorismo financiero y sus agentes inescrupulosos.

Notas:
1-Ellen Brown, Op. cit.
2- ibid.
3-"The End of "risk Free": The Economist, Aug 1 st. 2011.
4- La propia Ellen Brown se encuentra entre quienes desestiman esos
cálculos… (Ver artículo citado).
5- En ese sentido, la revista Economist, al igual que otros analistas
como Krugman y Stiglitz, considera que tales compromisos asumidos en el
acuerdo bipartidario del techo de la deuda, indefectiblemente tendrá
efectos recesivos ("The debt ceiling crisis: Tuesday morning
quarterbacking"; The Economist, Aug, 2 nd 2011).
6- Ellen Brown, Op. Cit.

- Sergio Barrios Escalante. Científico Social e Investigador. Escritor y
ensayista. Activista social por los derechos de la niñez y adolescencia.
Edita las revistas Raf-Tulum y Convivencia Alterna.

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