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La marcha por la paz: ni plebiscito ni fracaso, un
paso adelante
Fernando Dorado
ALAI AMLATINA, 12/04/2013.- La Marcha por la Paz,
la Democracia y la Defensa de lo Público realizada
el pasado 9 de abril (2013) es un reflejo nítido
de cómo se mueve la sociedad colombiana –las
fuerzas sociales y políticas – frente al proceso
de paz, y es un referente para prever lo que puede
ocurrir hacia el futuro.
En cuanto a participación de manifestantes se debe
destacar la movilización de Bogotá. La asistencia
fue multitudinaria. Cientos de miles de personas
desfilaron desde varios puntos de concentración en
la ciudad. Sin embargo, a nivel nacional sólo en
Pasto (Nariño), Puerto Asís y algunas otras
capitales de departamento (Villavicencio,
Bucaramanga, Pereira), la presencia de
manifestantes fue importante.
Se debe anotar que es la primera marcha en que se
convoca a la ciudadanía en general a sumarse
masivamente como apoyo al proceso de paz que se
lleva a cabo en La Habana (Cuba) para firmar el
fin del conflicto. Como primer paso fue un pleno
éxito.
No se puede afirmar que sea una marcha histórica.
Se requiere mucho más. Deberá involucrar a varios
millones de personas a lo largo y ancho del país.
Se debe superar la movilización por la paz de 1997
y la que convocó Uribe contra las FARC en 2008,
para que se configure un verdadero plebiscito por
la Paz. Sin embargo, esta manifestación es un gran
avance en el esfuerzo de movilizar a la mayoría de
colombianos en esa dirección.
Evolución de las posiciones y actitudes
Además de la decisión mostrada desde un principio
por los dirigentes de Marcha Patriótica y de la
oportuna participación de Gustavo Petro en cabeza
de la Alcaldía de Bogotá, lo sobresaliente de la
jornada fue que el gobierno de Juan Manuel Santos
–incluyendo los comisionados en la negociación de
La Habana–, aunque un poco tarde, mostraron
disposición de sumarse a la manifestación y
convocar al pueblo colombiano a marchar.
En la práctica el presidente de la república no
participó plenamente en la Marcha hacia la Plaza
de Bolívar de Bogotá. Lo hizo simbólicamente en un
desfile con funcionarios del Estado en honor a las
víctimas que tuvo como punto de llegada el Centro
de la Memoria Histórica en donde con Gustavo Petro
sembraron un árbol en forma conjunta. Muestra
Santos que todavía se deja presionar por quienes
llaman a "no revolverse con terroristas o con
quienes simpatizan con terroristas" y que le falta
mayor decisión en la lucha por una paz negociada.
Tantea el terreno pero poco a poco va soltando las
amarras.
De todas maneras es un paso adelante por parte del
gobierno. Éste empieza a decidirse a movilizar a
la población civil frente al tema de la Paz. Ese
paso es provocado por:
- Los recios ataques contra el proceso de Paz que
ha recibido de parte del uribismo y demás enemigos
de las conversaciones de La Habana y la necesidad
de buscar apoyo popular para el proceso mismo.
- El convencimiento de que la firma de la
terminación del conflicto armado con la guerrilla
de las FARC (y más adelante con el ELN) no se va a
lograr – como lo quisieran – en tiempos expeditos,
rápidos y cortos.
- La inminencia de una campaña electoral que ya
está encima y que obliga a buscar a la población
para refrendar los avances del proceso.
Que el gobierno haya pasado de una actitud
vacilante y temerosa a una más decidida y resuelta
es algo notable que va a facilitar los avances no
sólo en la mesa de negociaciones, sino en el
entorno social que esas conversaciones requieren
para ir construyendo un clima apropiado para la
conquista de la paz.
Se debe destacar también el respaldo a la política
de paz que la plana mayor de los empresarios
antioqueños organizados en Pro-Antioquia le otorgó
al presidente Santos en Medellín en la misma
fecha. Es un hecho significativo.
Marcha Patriótica logra un triunfo político
importante al tomar la iniciativa y conseguir que
otras fuerzas y gobiernos (nacional y distrital)
se sumaran a la iniciativa. Como principal
convocante Marcha Patriótica da un paso adelante
al proponerse una acción de este tipo en unidad de
acción con Progresistas de Petro y con el mismo
gobierno nacional. Demuestra que no le teme a
alianzas multipartidistas y que piensa en las
amplias mayorías populares – las no organizadas –
que deben ser convocadas con un espíritu amplio e
incluyente.
Gustavo Petro jugó a unificar simbólicamente las
dos marchas. Estuvo con Santos en el acto de las
víctimas y se puso al frente de la marcha de la
Plaza de Bolívar. Al lado de Piedad Córdoba lideró
el llamado a unir a la mayoría de los colombianos
en torno a la causa de la Paz sin mostrar temor o
mezquindad frente al hecho de que un avance
sustancial del proceso de paz puede –
objetivamente– disparar positivamente la campaña
de reelección de Santos.
Mientras tanto el Polo Democrático Alternativo
(PDA) se pronunció a favor del proceso de paz pero
no llamó a sus bases a participar de la marcha por
el hecho de que el gobierno de Santos se había
sumado a la convocatoria. Primó el temor de
confundirse con quienes apoyan la reelección de
Santos y renuncia – de hecho – a dar la lucha por
la paz en el terreno de la verdadera política que
exige mayor capacidad de acción y de riesgo.
Balance estricto
Es necesario hacer un balance estricto para no
hacer cuentas alegres y sobredimensionar
voluntaristamente los hechos. Veamos:
- A nivel nacional no se consigue movilizar al
ciudadano del común. En Bogotá y Pasto el impacto
es un poco mayor. Fue una prueba destacada pero no
es suficiente para superar el escepticismo que
todavía existe entre la población en general.
- El gobierno de Juan Manuel Santos pasó raspando
su primera movilización por la paz. Centró su
participación en el tema de las víctimas como
contentillo para no asustar a las fuerzas
militares. Sin embargo, da un paso adelante en la
dirección correcta.
- La actitud de la mayoría de alcaldes y
gobernadores fue vacilante, calculadora y
temerosa. El gobierno se movió muy tarde y no
logró un impacto nacional generalizado.
- Tres sectores se unieron en la marcha por la
paz. Marcha Patriótica fue la convocante, Gustavo
Petro y progresistas se sumaron con decisión, y al
final, el gobierno nacional –presionado por los
ataques uribistas – se decidió a convocar a la
población a marchar.
- El Polo Democrático Alternativo una vez más se
equivoca en materia grave. Se muestra temeroso,
mezquino e inseguro. Privilegia la política
coyuntural frente a una meta de gran y mayor
calado como es la conquista de la paz. Se aísla y
termina confluyendo con el uribismo.
Conclusión
Lo que interesa a los demócratas colombianos
(progresistas y revolucionarios) es que Santos se
comprometa a fondo con la causa de la paz. Que sin
ningún temor enfrente a los enemigos de la paz en
todos los terrenos. Que convoque masivamente a la
población a sumarse a esa causa. Nos interesa
llegarle a decenas de millones de colombianos, así
lleguen a las marchas y demás eventos o escenarios
de la mano del gobierno. No importa.
La causa de la paz sólo se conseguirá con ese gran
torrente de opinión pública y participación masiva
de ciudadanos del común. Con las solas fuerzas
"organizadas" ya sea de izquierda o de la
democracia progresista, no alcanza. Además, sólo
llegándole a esas amplias mayorías es que podemos
avanzar como nación y como fuerzas democráticas.
Petro –se puede decir– se sintoniza mejor que
todos con los diferentes escenarios, el de la
institucionalidad, incluyendo la militar (a la que
hay que llegar) y con los sectores organizados. Al
interior de la Marcha Patriótica falta algo de
claridad sobre eso de "que apoyamos el proceso de
conversaciones pero no apoyamos a Santos". La
realidad es que quien apoya el proceso de paz
actual, apoya parcialmente a Santos (como lo hace
con claridad Piedad Córdoba), pero otra cosa es
que nos casemos o no con una posible candidatura
de Santos.
Por todo lo anterior podemos afirmar que a la
totalidad de la izquierda colombiana le hace falta
una estrategia política unificada (incluyendo la
electoral). Dicha estrategia le permitiría actuar
con mayor coherencia y disposición en la lucha por
ganar a la opinión pública y a las amplias
mayorías populares. Esa estrategia le facilitaría
enfrentar tanto a Santos como a otros sectores que
están vacilantes o decididamente contra el proceso
de paz.
Las fuerzas democráticas y de izquierda pueden
colocar los cimientos de la justicia social en el
proceso de paz si desarrollan esa estrategia
amplia e incluyente. De lo contrario todo se
jugará y decidirá en el estrecho marco de la mesa
de negociaciones de La Habana.
P.D. Coincide la realización de la Marcha por la
Paz con el fortalecimiento de la delegación de las
FARC en la Mesa de conversaciones y negociaciones
de La Habana con nuevos integrantes
representativos de esa organización insurgente. Es
una buena noticia.
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