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"La contrapartida de esta crisis estructural en el capitalismo avanzado"
(III)
Alberto Rabilotta
ALAI AMLATINA, 12/02/2013.- La interpretación de la crisis y la realidad
actual del capitalismo en los países centrales, y ¿Qué piensan y
escriben sobre este tema algunos economistas?, fueron los temas de los
artículos anteriores (1), y en este último abordaremos la situación y
perspectivas en los países emergentes que conservaron (o adoptaron) el
"papel gestor" del Estado, y que mantuvieron su soberanía en los asuntos
económicos, sociales y políticos, y donde las economías han capeado la
crisis y siguen desarrollándose.
Primero un paseo por las noticias y la realidad.
En el terreno de la economía real el fin de enero fue marcado por la
inesperada una baja (-0.1%) en el producto interior bruto (PIB) del
cuarto trimestre del 2012 en Estados Unidos (EE.UU.), el estancamiento o
baja en el PIB del 2012 en Gran Bretaña, y lo mismo o peor para la
mayoría de países de la Unión Europea (UE), Japón y Australia. Las
perspectivas para el 2013 no apuntan a una recuperación de las economías
reales. Y a pesar de eso la UE aplicó su política de austeridad
recortando su presupuesto para el periodo 2014-2020. La perspectiva
parece ser la misma en EE.UU.
Sobre los países emergentes, según las estadísticas y las agencias de
noticias, en el 2012 las principales economías de Asia han crecido por
encima de los pronósticos. América latina y el Caribe, según la CEPAL,
crecieron 3.1 por ciento en el 2012, porcentaje superior al vaticinado
(+2.2 %) e inferior al de los años anteriores por la baja en la demanda
europea y el consiguiente descenso de precios de los productos de
exportación. El aumento de la demanda interna y regional, según la
CEPAL, permitirá alcanzar el 3.8 % de crecimiento en el 2013.
¿Centro neoliberal y periferia mercantilista?
En un artículo titulado "El nuevo desafío mercantilista" (2) el
economista y profesor Dani Rodrik, para explicar por qué el "centro" de
la economía mundial no sale de la crisis ni logra crecer mientras que la
"periferia" se desarrolla y crece, plantea la existencia de una lucha
entre "dos escuelas de pensamiento", el "liberalismo" y el
"mercantilismo". Y opina que el mercantilismo sigue vivo y goza de buena
salud, y su continuo conflicto con el liberalismo probablemente será una
importante fuerza que influirá sobre el futuro de la economía.
¿Mercantilismo? Reducir la diversidad de políticas de desarrollo
económico en Asia y América latina a "prácticas mercantilistas" –como
también lo ha hecho Paúl Krugman en el 2010-, aparte de no corresponder
a la realidad es una equivocación (3), sobre todo cuando Rodrik define
el neoliberalismo como un sistema que propone "una estricta separación
entre el estado y las empresas privadas", y el mercantilismo como "una
visión corporativista en la cual el Estado y las empresas privadas son
aliados y cooperan en busca de objetivos comunes, como el crecimiento de
la economía nacional o del poderío del país".
A esta altura del partido nadie puede ignorar, y menos un economista,
que el neoliberalismo es un sistema que solo funciona cuando tiene a su
servicio exclusivo, o sea al servicio de los monopolios y oligopolios
industriales, comerciales y financieros, todos los poderes del Estado,
de las instituciones nacionales, internacionales y supranacionales, lo
que explica tanto su esencia totalitaria como que no deje intersticios
donde pueda sobrevivir la libre competencia.
El turno de América latina y el Caribe
Con la puesta en marcha de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y
Caribeños, la CELAC, el 2013 comenzó muy bien para nuestra región. La
ausencia de EE.UU. y Canadá ayudará para bregar por la independencia
necesaria que permita construir los consensos y adoptar políticas de
cooperación y de solidaridad para la región, basadas en la independencia
y soberanía de nuestros pueblos.
Entre los países que forman parte de la CELAC, como señala Hedelberto
López Blanch (4), existen grandes asimetrías en materia económica y de
desarrollo industrial, y diferencias en las políticas económicas y
comerciales que aun cuando constituyen desafíos inmediatos para la
organización no impiden "una concordancia en términos de visión del
modelo económico y de inserción internacional hacia el interior de la
región que los une". Y la unidad –agrega- debe provenir del desarrollo y
aplicación de "una agenda de cooperación económica para el desarrollo de
programas económicos y sociales que ayuden a disminuir la pobreza, las
asimetrías y favorezcan la inclusión social y la seguridad alimentaría".
El Vicepresidente venezolano Nicolás Maduro también destacó las
diferencias y dijo que "ahora América Latina y el Caribe, con la
diversidad de modelos en general, estamos transitando un camino de
fortalecimiento de nuestras economías, nuestra propia capacidad de
inversión interna" y que "nuestro modelo tiene que ver con lo social, la
economía para el ser humano, la economía para que nuestros pueblos
tengan salud, educación, derecho a la alimentación, derecho a la vida.
Para eso es la economía, la prosperidad, el desarrollo industrial, el
desarrollo tecnológico es puesto al servicio del ser humano, de la
sociedad, de la inclusión de la superación de la pobreza" (Agencia
TELAM, 20-01-2013).
Como se desprende, la tarea de la CELAC es compleja y requiere tanto de
diplomacia como de principios y firmeza, razón por la cual los países
miembros acordaron dar a Cuba la primera presidencia pro témpore, que
deberá sentar el rumbo independiente que se quiere proseguir.
Frente a la realidad de la pobreza y las deficiencias que marcan nuestra
región, dijo el Presidente cubano Raúl Castro, hay obligación de
"alcanzar progresos considerables en la educación como base del
desarrollo económico y social. Nada de lo que nos proponemos, desde la
disminución de la inequidad hasta la reducción de la brecha tecnología y
digital, sería posible sin ello"
Desarrollo económico, soberanías nacionales e integración continental
Los objetivos de la CELAC son ambiciosos y portadores de nuevos
principios para solucionar viejos problemas. Los principios de soberanía
e integración regional en el mundo, en un marco de solidaridad y
cooperación, permitirán presentar, discutir, articular y aplicar
mediante el apoyo mutuo en los países que así lo decidan, las
estrategias de desarrollo que respeten los objetivos políticos y
económicos nacionales.
Por todo esto son y serán muy necesarios los debates y discusiones de
ideas y propuestas entre las fuerzas progresistas y de la izquierda
latinoamericana y caribeña, como el celebrado el 21 de enero pasado en
San Pablo bajo los auspicios del Instituto Lula, y el que tendrá lugar a
nivel académico en el Décimo Encuentro Internacional de Estudios
Políticos y Sociales, en Cuba del 19 al 22 de marzo, para "ampliar el
debate sobre los problemas políticos más acuciantes del siglo XXI y sus
mayores retos".
El encuentro del 21 de enero en San Pablo no tuvo mayor trascendencia
porque fue eclipsado por la Cumbre de la CELAC en Chile, como escribe
Niko Schvarz (5) en la reseña y análisis que hace del documento "Las
izquierdas en la hora de la integración sudamericana" del brasileño
Marco Aurelio García, que contiene una necesaria recapitulación y
elementos para la reflexión, así como también el texto que resume la
conferencia en esa reunión del economista y diplomático argentino Aldo
Ferrer (6).
Del documento de Marco Aurelio García, donde quizás falta –al menos en
la versión de Schvarz-, el importante elemento que ha sido y es el
surgimiento en la escena política y social de los movimientos indígenas,
citaremos un párrafo que resume la situación actual: "los éxitos de las
experiencias de gobiernos de izquierda y de centro-izquierda en América
del Sur no pueden ocultar, no obstante, sus límites, cuyo examen es
fundamental para la continuidad de esas experiencias y, sobre todo, para
su profundización", y Schvarz añade que se alude, en un inventario de
algunas tendencias conflictivas, a "confrontaciones exageradas o
conciliaciones innecesarias, voluntarismo o pasividad burocrática,
centralismo o basismo", y que "tampoco existe una exposición consistente
de los procesos políticos en curso en nuestros países. A falta de ella
las izquierdas corren el riesgo de renunciar a un análisis explicativo
de su rica experiencia actual, cayendo en un peligroso empirismo. De
diversas maneras se encubre la incapacidad de explicar la novedad de la
experiencia que se está desarrollando y los problemas a afrontar".
Aldo Ferrer, por su parte, elaboró sobre los aspectos principales de las
teorías del desarrollo económico, el contexto mundial y la integración
de América latina y el Caribe, y la problemática del desarrollo en la
región a partir de la situación actual en la cuestión social, la calidad
de los liderazgos, las instituciones y las ideas.
En la cuestión social, en síntesis, la realidad histórica es que las
grandes desigualdades que caracterizan nuestra historia son el principal
problema y obstáculo al desarrollo, y la solución a este problema ya
ocupa una prioridad en las políticas públicas de los gobiernos. Ferrer
señala el nuevo contexto mundial –el descalabro provocado por el
neoliberalismo-, y que "en China y otros países emergentes de Asia, el
dinamismo de sus economías obedece, precisamente, a que no se han
sometido al canon ni al Estado neoliberal. Prevalecen en estos países
Estados nacionales, capaces de administrar la globalización e impulsar
el desarrollo. Las turbulencias y asimetrías en el orden mundial
contemporáneo reflejan la coexistencia de 'Estados nacionales' en los
países emergentes y 'Estados neoliberales' en el antiguo centro hegemónico".
Ferrer constata que "han surgido nuevos liderazgos en nuestros países
que privilegian la resolución de la cuestión social y, consecuentemente,
asumen un comportamiento distinto respeto de la gestión de la economía y
sus relaciones externas", y que la democracia se ha consolidado y esto
confiere la estabilidad institucional necesaria para el desarrollo
económico y social, y destaca que las nuevas tendencias implican la
renovación de las ideas sobre el desarrollo económico y las relaciones
internacionales.
La integración regional en vista por Ferrer como "un instrumento
fundamental para impulsar el desarrollo nacional de nuestros países y
fortalecer su posición conjunta en el orden mundial. La integración se
despliega en tres planos: las políticas nacionales, las reglas del juego
de la integración y la proyección conjunta hacia el resto del mundo", y
debe evitar "la delegación de soberanía a órganos supranacionales
comunitarios. La experiencia de la Unión Europea alcanza para demostrar
cómo la cesión de soberanía termina subordinando a las partes más
débiles al poder hegemónico de los más fuertes", lo que se agrava cuando
"prevalece el paradigma neoliberal". La integración, para Aldo Ferrer,
no debe radicar en "la cesión de la soberanía sino en la construcción
solidaria de la soberanía que nos falta en la ciencia y la tecnología,
el desarrollo industrial y la inclusión social"
Para el Vicepresidente boliviano Álvaro García Linera, una mayor
capacidad de integración, con mayor capacidad de definición de políticas
soberanas en torno a su horizonte económico, permitirá que los países y
la región escojan "de mejor manera sus mercados" con vistas a alianzas
con los países emergentes de Asia, China, Corea del Sur e India para
generar "un bloque regional económicamente muy importante que va a
influir en el conjunto de la economía mundial en las siguientes décadas"
(7) Es el momento, según Linera, para que el continente reafirme la
"base material de la soberanía de cada país, al tiempo que la
integración regional () se convierte en una necesidad práctica para
salvarse como región, para aprovechar lo mejor que se pueda de esa
crisis, y para definir de mejor manera sus alianzas y sus relaciones
internacionales para las siguientes décadas".
Del querer al poder
El desarrollo económico en el actual contexto de la región, en muchos
países, está yendo o se propone que vaya en la dirección del desarrollo
económico con vistas a la creación o el fortalecimiento de las pequeñas,
medianas y grandes empresas en el sector industrial, y demás sectores de
la economía, bajo un régimen de propiedad que no excluye la propiedad
privada a secas (nacional o extranjera) o mixta (privada-estatal), o sea
un escenario capitalista, aunque regulado.
Si la realidad impone esta dirección, por la correlación de fuerzas
sociales y políticas, el bajo nivel de acumulación de capital, falta de
tecnología y de personal calificado, o simplemente por la urgencia en
desarrollar las fuerzas productivas para sustentar económicamente los
compromisos de avanzar en la realización de los programas sociales, por
ejemplo, es imprescindible que las estrategias de desarrollo económico
que se adopten incluyan desde ya las reglas e instrumentos para poder
rebasar el ya perimido marco capitalista.
En síntesis, las estrategias de desarrollo económico deben incluir y
priorizar políticas para un escenario no-capitalista, acompañadas de
inversiones que permitan desarrollar –bajo el dominio público y
accesible a las clases más humildes-, todos los ciclos de educación e
investigación científica y desarrollo tecnológico, los servicios de
salud y el desarrollo de la infraestructura de utilidad pública, y
contemplar un sostenido apoyo institucional y financiero para el
desarrollo de empresas de propiedad colectiva y social, desde las
cooperativas hasta las empresas de propiedad pública (comunales,
provinciales, estatales o regionales) sometidas al control social.
Que Latinoamérica y el Caribe están en un momento histórico que presenta
grandes oportunidades para avanzar es algo indiscutible. Las
contradicciones y confrontaciones entre el "centro" y la "periferia" no
solo son de orden económico, sino también político y social, o sea que
afectan a la democracia representativa y sus instituciones. En los
países "centrales" la simple noción de que se pueden cambiar las
instituciones o las políticas, de que la democracia funciona, empieza a
ser un recuerdo más de la pasada "edad de oro" del capitalismo
industrial, como ya definitivamente lo son los trabajos estables con
salarios decentes.
Las reformas constitucionales en Venezuela, Ecuador y Bolivia, por
ejemplo, confirman que en nuestra región se ha ido consolidando la
consciencia de que hay que ampliar y democratizar la heredada
"democracia representativa", hacerla participativa e inclusiva, y
liberarla de los instrumentos e instituciones que, como el Poder
Judicial, siguen apoyándose en una "separación de poderes" inventada en
1748 y que desde hace mucho está siendo "utilizada para separar el
pueblo del poder sobre toda su propia vida económica" (8), o sea para la
defensa y protección de la propiedad privada, y que por eso mismo ha
bien servido a las oligarquías, los monopolios y los grandes intereses
económicos que, en muchos países y hasta ahora, controlan desde los
jueces hasta los medios de comunicación y la información.
Es claro en muchos países, y particularmente en Argentina, que el Poder
Judicial sigue poniendo trabas y anula cualquier progreso en la
democratización de la información, pero lo mismo podemos decir cuando se
trata de devolver a los pueblos indígenas las tierras que se les ha
robado, o para que el propio Estado pueda recuperar los predios que por
derecho le pertenecen, como en el caso de la Sociedad Rural Argentina. O
citemos los casos de Honduras, donde la Corte Suprema dio la luz verde
para el golpe de Estado contra el Presidente constitucional Manuel
Zelaya, o el peligroso conflicto en El Salvador entre el Poder Ejecutivo
y los demás poderes de gobierno para hacer efectivos los cambios de
jueces que la Asamblea legislativa había decidido para la Corte Suprema.
¿Cómo responder a quienes se opondrán a cualquier política progresista
decidida por la mayoría apoyándose en jueces corruptos o directamente al
servicio del gran capital y el imperialismo? ¿No estamos viendo en la UE
y EE.UU. que la mentada "separación de poderes" y algunos mecanismos
institucionales sirven de justificativo para mantener las peores
políticas neoliberales e impedir cualquier cambio? ¿Si seguimos
impotentes para defendernos de los monopolios globales, como Monsanto o
cualquier otra gran empresa farmacéutica, minera, industrial o
informática, de qué estrategia de desarrollo y cambios estamos hablando?
¿Y que decir, como señala el documento de Marco Aurelio García, de la
tendencia creciente en las fuerzas conservadoras - "cuando no
golpistas"- en el continente, que de descalificar "las políticas
económicas y sociales de las izquierdas (han pasado a) descalificar
también las elecciones como proceso de constitución de gobiernos
democráticos"?
Si en la actual correlación de fuerzas la abolición de la propiedad
privada no figura en el horizonte político para defender la democracia,
entonces habría que empezar por proponer la abolición de los criterios y
principios –constitucionales o legales- que hacen de la defensa de la
propiedad privada el único criterio a respetar, aunque vayan en contra
de lo que quiere la mayoría popular y sus representantes legislativos.
Algunos países –Venezuela, Ecuador y Bolivia- han emprendido reformas
constitucionales (9) para ir eliminando ese chaleco de fuerza que
constituye el "contenido de clase" de las actuales instituciones del
poder, que rápidamente se evidencia en los momentos en que se atacan los
intereses de la burguesía y del gran capital nacional e internacional, y
que hace que todo intento de cambio esté condenado a una confrontación
potencialmente fatal para los intereses del pueblo.
La Vèrdiere, Francia
- Alberto Rabilotta es periodista argentino - canadiense.
1.- Ver http://alainet.org/active/61294&lang=es y
http://alainet.org/active/61385&lang=es
2.- Dani Rodrik, "The Return of Mercantilism?", Project Syndicate, y
también "Is State Capitalism Winning?" de Daron Acemoglu y James A.
Robinson, y "What Role for the State?" de Kemal Derviş.
3.- El economista Henry C. K. Liu refuta con argumentos económicos e
históricos estas acusaciones: "Krugman blaming victim for the crime"
http://www.atimes.com/atimes/China_Business/LA06Cb01.html
"Surplus and capital formation"
http://www.atimes.com/atimes/China_Business/KK19Cb01.html
y sobre la orientación del proceso de introducción del capitalismo en
China consultar la serie "CHINA'S REVOLUTION"
http://www.atimes.com/atimes/China_Business/KK17Cb01.html
4.- Hedelberto López Blanch, "Cuba en CELAC: El necesario impulso a la
integración", Rebelión 31-01-2013.
5.- Niko Schvarz, "Las izquierdas en la hora de la integración
sudamericana", http://alainet.org/active/61391
6.- Aldo Ferrer, "Transformaciones de América latina",
http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-212708-2013-01-27.html
7.- Álvaro García Linera, entrevista con Le Monde Diplomatique,
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=160745
8.- Karl Polanyi, La Grande Transformation, Editions Gallimard, página 292.
9.- Ver la entrevista Fernando Cordero, colaborador del Presidente
ecuatoriano Rafael Correa: "La supremacía del trabajo humano sobre el
capital es innegociable":
http://www.pagina12.com.ar/diario/dialogos/21-213655-2013-02-11.html
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