lunes, 28 de enero de 2013

[alai-amlatina] CELAC-UE: no está dicha la última palabra

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Tratados Europa- América Latina
Libre comercio: no está dicha la última palabra

Eduardo Tamayo G.

ALAI AMLATINA, 28/01/2013.- La Unión Europea se mostró interesada en
profundizar las relaciones de libre comercio con algunos países de
América Latina y revisar los tratados que ha firmado con Chile y México.
Pese a su insistencia de reanudar las negociaciones comerciales con el
MERCOSUR, activistas consideran que es difícil que se concrete un
tratado de libre comercio.

El tema de los acuerdos de libre comercio otra vez estuvo sobre la mesa
de los debates en la Cumbre Unión Europea (UE) y la Comunidad de Estados
Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) que se desarrolló en Santiago de
Chile el 26 y 27 de enero.

La presidenta de Alemania, Ángela Merkel se mostró interesada en
profundizar una alianza de cooperación sobre la base de libre comercio
con los países que conforman la Alianza del Pacífico (México, Chile,
Colombia, Perú, Costa Rica). Por su parte, el comisario de Comercio de
la Comisión Europea, Karel De Gucht, puso sobre la mesa el tema de la
revisión de los tratados de libre comercio que la UE firmó con México y
Chile hace más de 10 años, e insinuó la posibilidad de reanudar las
conversaciones con el MERCOSUR con miras a alcanzar un acuerdo de libre
comercio con uno de los "más importantes socios económicos en el
continente" (1).

La Cumbre de los Pueblos, que se reunió en forma paralela a la Cumbre
oficial, expresó su preocupación sobre el tema al señalar en su
declaración final: "Las relaciones existentes entre la Unión Europea y
América Latina y el Caribe que priorizan los privilegios y ganancias de
los inversionistas frente a los derechos de los pueblos a través de
acuerdos comerciales y acuerdos bilaterales de inversiones, profundizan
este modelo que perjudica a los pueblos de ambas regiones" (2).

Una evaluación necesaria

La Unión Europea ha suscrito acuerdos con México (2000), Chile (2002) y
están en proceso de ratificación los negociados con América Central,
Perú y Colombia.

Luego del fracaso del ALCA, varios países latinoamericanos suscribieron
tratados bilaterales de libre comercio con Estados Unidos, en medio de
enormes movilizaciones sociales de rechazo. Para tratar de diferenciarse
con los llamados TLC, en el ámbito de las relaciones de Europa y América
Latina, se comenzó a hablar de los Acuerdos de Asociación, en los que,
además de los temas comerciales, se incluyeron temas de "diálogo
político" y "cooperación".

A la luz de lo que ha pasado en la última década, en el caso de México y
Chile, se puede decir que han primado más los intereses comerciales que
los políticos o sociales.

Enrique Daza, secretario de la Alianza Social Continental, señala que en
el caso de México y Chile, los tratados han contribuido fuertemente a
profundizar el modelo económico, que está basado en la exportación de
materias primas, en el sacrificio del mercado interno en aras del
fomento de las exportaciones de bienes básicos y en dar unas garantías a
las multinacionales para que inviertan. Esto ha contribuido a lo que se
ha llamado la "reprimarización" de la economía, al deterioro de la
producción local que es sacrificada por la producción del extranjero, a
la pérdida de la soberanía alimentaria, a los abusos y excesivos
beneficios para las transnacionales, a incrementar la desigualdad
social, al deterioro de las capas bajas y a la concentración de la
riqueza en manos de unos pocos.

Daza agrega que los componentes social, ambiental, laboral y de
cooperación de estos acuerdos no son algo sustancial, porque para estos
temas no hay recursos. Además, las cláusulas referidas a estos temas no
son obligatorias, ningún país puede ser sancionado por incumplirlas. Y,
"en todo caso, en los países donde la Unión Europea ha firmado estos
acuerdos no se nota una mejoría de la situación laboral, de la
estabilidad laboral y del empleo, ni de los derechos de los
trabajadores", enfatiza Daza.

A revisión

Desde hace más de dos meses, Chile y la UE vienen conversando para
revisar el tratado de libre comercio. Chile busca que la UE permita el
acceso de productos agrícolas y pesqueros que son fuertemente protegidos
por la UE, y esta última insiste en el capítulo de indicaciones
geográficas (se refiere al sello distintivo del origen de los productos,
como es el caso del champagne) y la protección de los quesos. Más
explícita fue la presidenta alemana Angela Merkel al señalar que está
interesada en los minerales chilenos y en las inversiones en este país (3).

"El problema de los tratados es que estos abren las importaciones en
México y en Chile, pero no abren las importaciones en la Unión Europea,
porque los productos chilenos o mexicanos tendrían que competir con
productos agrícolas europeos subsidiados y no tienen condiciones de
hacerlo, salvo en los productos tropicales en los cuales tengan alguna
especialización Chile o México", señala Enrique Daza.

Las negociaciones bloque a bloque de la Unión Europea con la Comunidad
Andina de Naciones no pudieron concretarse en un acuerdo comercial
debido a los diferentes enfoques e intereses que están presentes.
Venezuela se retiró de la CAN en 2006 a raíz de que Perú y Colombia
decidieron firmar TLCs con Estados Unidos. Ecuador y Bolivia, países que
mantiene la misma visión crítica a los TLCs con Venezuela, sin embargo
se mantuvieron en la CAN. En este contexto se adelantaron las
negociaciones comerciales con la UE pero se estancaron porque Bolivia y
Ecuador no estaban dispuestos a suscribir un convenio que va mucho más
allá de la agenda de la Organización Mundial de Comercio (OMC) en temas
como inversión, contratación pública, servicios y propiedad intelectual.
Además, tanto Bolivia como Ecuador plantean otro tipo de integración
basado en la solidaridad, la reciprocidad y la complementariedad y han
priorizado su participación en espacios de cooperación sur-sur como el
ALBA, UNASUR y CELAC.

En estas circunstancias, la Unión Europea dio paso a negociaciones
bilaterales con Perú y Colombia, llegando a concretar acuerdos que ya
fueron ratificados en el Parlamento Europeo al igual que el suscrito con
América Central. En esa oportunidad, organizaciones de la sociedad civil
europea señalaron que esos acuerdos han despertado una gran preocupación
debido a la asimetría de las dos regiones, la prevalencia de intereses
económicos sobre la garantía de los derechos humanos, y a los impactos
económicos y sociales que afectan a los pueblos de los dos continentes.
Así mismo, manifestaron su sorpresa de que la UE esté negociando un TLC
con un país como Colombia en el que casi 3000 sindicalistas han sido
asesinados y muchos más han sido intimidados, amenazados y acosados en
las última tres décadas.

"Hay previsiones en las negociaciones con Colombia y Perú que son
horribles, van a matar a la pequeña y mediana empresa, a pesar de que
esta Cumbre se enfocó en el problema de la pequeña y mediana empresa.
Con el acuerdo Colombia, uno de los temas es el de la leche, este país
tendrá que importar la leche europea y esto supuestamente va a 'matar' a
cuatrocientos mil ganaderos colombianos, porque sabemos cómo funcionan
las transnacionales: llegan, ponen precios muy baratos, la gente
necesita vivir, compra las cosas que cuestan menos sin darse cuenta y la
industria local se muere", señala la activista italiana Anna Camposampeiro.

Pero todavía sobre estos tratados de la UE no está dicha la última
palabra, porque tienen que ser ratificados por los parlamentos de cada
una de los países de la UE como por los de Colombia y Perú. Redes
sociales y partidos de izquierda se encuentran haciendo una campaña para
que los parlamentos europeos no los ratifiquen.

La parlamentaria alemana Heike Hänsell, portavoz de desarrollo del
movimiento Die Linke, indicó que la UE, con el apoyo del gobierno
federal alemán, está impidiendo la urgente y necesaria regulación de los
mercados financieros y utiliza un acuerdo de libre comercio para
cimentar la liberación de los servicios financieros, a través de
tratados internacionales. La parlamentaria, dio a conocer un estudio de
los Países Bajos, realizado por Miriam Vander Syichelen, en el que se
señala que los esfuerzos por regular el mercado de derivados podrían ser
socavados por la liberación prevista por los acuerdo de libre comercio
de la UE con Colombia y Perú. Al introducir el secreto bancario y una
miopía en la supervisión, estos acuerdos incluso "podría llevar a
alcahuetear el lavado de dineros ilícitos".

En la actualidad estos acuerdos se encuentran en proceso de ratificación
en el Consejo de Estados Federales (Bundersrat), para luego ser enviados
ambos proyectos de ley para su ratificación a finales de febrero en el
Bundestag. Hänsell señala que votará en contra de la ratificación y
llama a todos los parlamentarios a que lo hagan de la misma manera.

En Colombia y Perú, la ratificación de los acuerdos con la UE parece ser
un hecho pero demorará un poco. "El de Colombia está en trámite en el
Parlamento colombiano, el gobierno unilateralmente decidió que lo podía
implementar sin ese trámite, hay un debate sobre eso, pero en el peor de
los casos yo creo que el parlamento lo va estudiar y seguramente lo va a
aprobar, entonces yo calculo que a mediados de este año o en el año
entrante ya estará en pleno vigor, en el caso de Perú pasa algo similar,
está en un proceso de ratificación, es cuestión de unos detalles para
que entre en vigor completamente", dice Enrique Daza.

El sexto encuentro sindical ALC –UE, realizado el 3 y 4 de diciembre de
2012 en Santiago de Chile, en su declaración señala que esperan que los
acuerdos UE- Perú y UE- Colombia no se pongan en vigor y sean negociados
en el marco de un Acuerdo bloque a bloque entre la UE y la Comunidad
Andina, asimismo los sindicalistas llaman a que los parlamentos
nacionales europeos rechacen dichos acuerdos (4).

Así mismo, demandan la revisión de los acuerdos comerciales UE- México
(1997) y UE-Chile (2002) para adaptarlos a los criterios de desarrollo
equitativo y dimensión social. Y también para poner en marcha instancias
de participación de la sociedad civil, no materializadas en el
desarrollo del acuerdo UE-Chile.

Respecto al Acuerdo de la UE con el MERCOSUR, del que se viene hablando
desde el 2004, Enrique Daza señala, que las conversaciones "están
detenidas porque existe oposición en Europa de los agricultores
franceses y de otros países, quienes consideran que no se puede abrir
las importaciones europeas a los productos de carne, de cereales,
provenientes del MERCOSUR que es una potencia en este sentido, mientras
en Brasil y en Argentina, que son países de un desarrollo industrial
medio o un poco más alto que el resto de América Latina, se han
implementado medidas de protección, por ejemplo en Argentina ha habido
un aumento de aranceles, de protección selectiva, entonces sus empresas
no están dispuestas a abrir los mercados para los productos europeos,
por eso digo que ese tratado está congelado y no veo ninguna
posibilidad, en este momento, de que se desatasquen las negociaciones".

La reciente incorporación de Venezuela como miembro pleno al MERCOSUR y
la invitación a que se integren Bolivia y Ecuador, los cuales se
encuentran en la otra orilla de aquellos países que han optado por un
camino de un aperturismo ilimitado, como los de la Alianza del Pacífico,
van a ser un fuerte obstáculo para que se desarrolle una negociación de
bloque a bloque entre la UE y el MERCOSUR.

Notas

(1) El Mercurio 27-01-2013, p. C 4
(2) http://www.alainet.org/active/61212
(3) El Mercurio, 24-1-201, p. B8
(4) http://alainet.org/active/61132&lang=es

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