Estados Unidos, Venezuela y Paraguay
Samuel          Pinheiro Guimarães
ALAI AMLATINA,        17/07/2012.-  La  política          externa norteamericana en América del Sur sufrió las          consecuencias          totalmente inesperadas de la prisa de los neogolpistas          paraguayos en asumir el          poder, con tamaña voracidad que no podían esperar  hasta abril          de 2013,          cuando se llevarán a cabo las elecciones, y ahora articula todos          sus aliados          para intentar  revertir la decisión del ingreso de Venezuela [al          Mercosur].          La cuestión de Paraguay es la cuestión de Venezuela, de la          disputa por la          influencia económica y política en América del Sur.
 
Los  medios          conservadores salieron a socorrer a los neogolpistas.
 
1.          No se          pueden entender las peripecias de la política sudamericana sin          tomar  en          cuenta la política de los Estados Unidos para América del Sur.          Los Estados          Unidos todavía son el principal actor político en América del          Sur y debemos          comenzar por la descripción de sus objetivos.
 
2.          En          América del Sur, el objetivo estratégico central de los Estados          Unidos, que, a          pesar de su debilitamiento, continúa siendo la mayor potencia          política,          militar, económica y cultural del mundo, es incorporar todos los          países de la          región a su economía. Esta incorporación económica lleva,          necesariamente, a un          alineamiento político de los países más débiles con los Estados          Unidos en las          negociaciones y en las crisis internacionales.
 
3.          El          instrumento táctico norteamericano para alcanzar este objetivo          consiste en          promover la adopción legal, por los países de América del Sur,          de normas de          liberalización más amplia del comercio, de las finanzas y de las          inversiones,          de los servicios y de “protección” a la propiedad intelectual a          través de la          negociación de acuerdos en nivel regional y bilateral.
 
4.          Éste          es un objetivo estratégico histórico y permanente. Una de sus          primeras          manifestaciones ocurrió en 1889 en la 1ª Conferencia          Internacional Americana,          que se realizó en Washington, cuando Estados Unidos, que ya era          la primera          potencia industrial del mundo, propuso la negociación de un          acuerdo de libre          comercio en las Américas y la adopción, por todos los países de          la región, de          una misma moneda: el dólar.
 
5.          Otros          momentos de esta estrategia fueron el acuerdo de libre comercio          Estados Unidos-Canadá,           el TLCAN (Área de Libre Comercio de América del Norte, que          incluye además          de Canadá a México); la propuesta de creación de un Área de          Libre Comercio de          las Américas –ALCA; y, finalmente, los acuerdos bilaterales con          Chile, Perú,          Colombia y con los países de América Central.
 
6.          En          este contexto hemisférico, el principal objetivo norteamericano          es incorporar          Brasil y Argentina, que son las dos principales economías          industriales de          América del Sur, a este gran “conjunto” de áreas de libre          comercio bilaterales,          donde las reglas relativas al movimiento de capitales, a las          inversiones          extranjeras, a la defensa comercial, a las relaciones entre          inversores          extranjeros y Estados serían no sólo las mismas, sino que          permitirían la plena          libertad de acción para las megaempresas multinacionales y          reducirían al mínimo          la capacidad de los Estados nacionales para promover el          desarrollo, aunque sea          desarrollo capitalista, de sus sociedades y de proteger y          desarrollar sus          empresas (y capitales nacionales) y su fuerza de trabajo.
 
7.          La          existencia del Mercosur, cuya premisa es la preferencia en sus          mercados de las          empresas (nacionales o extranjeras) instaladas en los          territorios de Argentina,          Brasil,  Paraguay y Uruguay en relación a las empresas que se          encuentran          fuera de ese territorio y que pretende expandirse en el intento          de construir un          área económica común, es incompatible con el objetivo          norteamericano de          liberalización general del comercio de bienes, de servicios, de          capitales,          etc., que beneficia  a sus megaempresas, naturalmente mucho más          poderosas          que las empresas sudamericanas.
 
8.          Por          otro lado, un objetivo (político y económico) vital para Estados          Unidos es          asegurar el suministro de energía para su economía, pues importa          11 millones de          barriles diarios de petróleo, 20% de los cuales provienen del          Golfo Pérsico,          área de extraordinaria inestabilidad, turbulencia y conflicto.
 
9.          Las          empresas norteamericanas fueron responsables por el desarrollo          del sector          petrolífero en Venezuela a partir de la década de 1920. Por un          lado, Venezuela          tradicionalmente suministraba petróleo a Estados Unidos y, por          otro lado,          importaba equipamiento para la industria petrolera y los bienes          de consumo para          su población, inclusive alimentos.
 
10.          Con          la elección de Hugo Chávez, en 1998, sus decisiones de          reorientar la política          externa (económica y política) de Venezuela en dirección a          América del Sur          (principal, pero no exclusivamente, en dirección a Brasil), así          como de          construir la infraestructura y diversificar la economía agrícola          industrial del          país romperían la profunda dependencia de Venezuela con relación          a Estados          Unidos.
 
11.          Esta          decisión venezolana, que afectó frontalmente el objetivo          estratégico de la          política exterior norteamericana de garantizar el acceso a          fuentes de          energía próximas y seguras, se tornó aun más importante en el          momento en que          Venezuela se convirtió en el país con mayores reservas de          petróleo, en un          momento en que la situación del Oriente Medio es cada vez más          volátil.
 
12.          Desde          entonces se desencadenó una campaña mundial y regional de los          medios contra el          Presidente Chávez y Venezuela, buscando demonizarlo y          caracterizarlo como          dictador, autoritario, enemigo de la libertad de prensa,          populista, demagogo,          etc. Venezuela, según los medios, no sería una democracia. Y          crearon una          “teoría” según la cual, aunque un presidente haya sido electo          democráticamente,          él, al no “gobernar democráticamente”, sería un dictador y, por          lo tanto,          podría ser derribado. Es más, ya hubo un intento de golpe en          2002 y los          primeros líderes que reconocieron el “gobierno” que emergió de          ese golpe en          Venezuela fueron George Walker Bush y José María Aznar.
 
13.          A          medida que el Presidente Chávez comenzó a diversificar sus          exportaciones de          petróleo, principalmente a China, sustituyó a Rusia en el          suministro energético          de Cuba y comenzó a apoyar a los gobiernos progresistas electos          democráticamente, como los de Bolivia y Ecuador, empeñados en          enfrentar a las          oligarquías de la riqueza y del poder, los ataques se duplicaron          orquestados en          todos los medios de la región (y del mundo).
 
14.          Esto          ocurrió a pesar de no haber dudas sobre la legitimidad          democrática del          Presidente Chávez, que desde 1998 disputó doce elecciones que          fueron          consideradas, todas ellas, libres y legítimas por observadores          internacionales,          incluyendo el Centro Carter, la ONU y la OEA.
 
15.          En          2001, Venezuela presentó, por primera vez, su candidatura al          Mercosur. En 2006,          después del término de las negociaciones técnicas, el Protocolo          de adhesión de          Venezuela fue firmado por los presidentes Chávez, Lula,          Kirchner, Tabaré y          Nicanor Duarte, de Paraguay, miembro del Partido Colorado.          Comenzó entonces el          proceso de aprobación del ingreso de Venezuela por los Congresos          de los cuatro          países, bajo una cerrada campaña de la prensa conservadora,          entonces preocupada          con el “futuro” del Mercosur que, bajo influencia de Chávez,          podría, según          ella, “perjudicar” las negociaciones internacionales del bloque,          etc. Aquella          misma prensa que habitualmente criticaba al Mercosur y que          abogaba por la          celebración de acuerdos de libre comercio con Estados Unidos,          con la Unión          Europea, etc., en lo posible de forma bilateral, y que          consideraba la          existencia del Mercosur una traba para la plena inserción de los          países del          bloque en la economía mundial, empezó a preocuparse por  la          “sobrevivencia” del bloque.
 
16.  Aprobado          por los Congresos de Argentina, de Brasil, de Uruguay y de          Venezuela,          el ingreso de Venezuela empezó a depender del Senado paraguayo,          dominado por          los partidos conservadores representantes de las oligarquías          rurales y del          “comercio informal”, que comenzó a ejercer un poder de veto,          influenciado en          parte por su oposición permanente al Presidente Fernando Lugo,          contra quien          intentó abrir 23 procesos de “impeachment” desde su asunción en          2008.
 
17.          El          ingreso de Venezuela en el Mercosur tendría cuatro          consecuencias: dificultar la          “remoción” del Presidente Chávez a través de un golpe de Estado;          impedir la          eventual reincorporación de Venezuela y de su enorme potencial          económico y          energético a la economía norteamericana; fortalecer el Mercosur          y tornarlo aun          más atractivo para la adhesión de los demás países de América          del Sur;          dificultar el proyecto permanente de Estados Unidos, de creación          de un área de          libre comercio en América Latina, ahora por la eventual “fusión”          de los          acuerdos bilaterales de comercio, de la cual el acuerdo de la          Alianza del          Pacífico es un ejemplo.
 
18.          Así,          el rechazo del Senado paraguayo a la aprobación del ingreso de          Venezuela al          Mercosur se tornó una cuestión estratégica fundamental para la          política          norteamericana en América del Sur.
 
19.          Los          líderes políticos del Partido Colorado, que estuvo en el poder          en Paraguay          durante sesenta años, hasta la elección de Lugo, y los del          Partido Liberal, que          participaba del gobierno de Lugo, seguramente evaluaron que las          sanciones          contra Paraguay en consecuencia del “impeachment” de Lugo serían          principalmente          políticas, y no económicas, limitándose a que Paraguay no          podrían participar          eneuniones de Presidentes y de Ministros del bloque.
 
Después  de          esta evaluación, dieron el golpe. Primero, el Partido Liberal          dejó el          gobierno y se alió a los Colorados y a la Unión Nacional de los          Ciudadanos          Éticos – UNACE y aprobaron, en una sesión, una resolución que          consagró un rito          supersumario de “impeachment”.
 
Así,  ignoraron          el Artículo 17 de la Constitución paraguaya, que determina que          “en el          proceso penal, o en cualquier otro del cual pueda derivar pena o          sanción, toda          persona tiene derecho a disponer de las copias, medios y plazos          indispensables          para presentación de su defensa, y a poder ofrecer, practicar,          controlar e          impugnar pruebas”, y el Artículo 16, que afirma que el derecho          de defensa de          las personas es inviolable.
 
20.          En          2003, el proceso de “impeachment” contra el Presidente Macchi,          que no fue          aprobado, llevó cerca de 3 meses, mientras el proceso contra          Fernando Lugo fue          iniciado y terminado en cerca de 36 horas. El pedido de revisión          de          constitucionalidad presentado por el Presidente Lugo ante la          Corte Suprema de          Justicia de Paraguay ni siquiera fue examinado, y fue rechazado          in limine.
 
21.          El          proceso de “impeachment” del Presidente Fernando Lugo fue          considerado golpe por          todos los Estados de América del Sur y, de acuerdo con el          Compromiso Democrático          del Merscosur, Paraguay fue suspendido de la Unasur y del          Mercosur, sin          que los neogolpistas manifestasen ninguna consideración por las          gestiones de          los Cancilleres de la Unasur, a quienes recibieron inclusive con          arrogancia.
 
22.          En          consecuencia de la suspensión paraguaya, fue posible y legal          para los gobiernos          de Argentina, de Brasil y de Uruguay la aprobación del ingreso          de Venezuela en          el Mercosur a partir del 31 de julio próximo. Acontecimiento que          ni los          neogolpistas, ni sus admiradores más fervorosos – Estados          Unidos, España, el          Vaticano, Alemania, los primeros que reconocieron al gobierno          ilegal de Franco          – parecen haber previsto.
 
23.  Frente          a esta evolución inesperada, toda la prensa conservadora de los          tres          países, y la de Paraguay, y los líderes y partidos conservadores          de la región,          partieron a socorrer a los neogolpistas con todo tipo de          argumentos,          proclamando la ilegalidad de la suspensión de Paraguay (y, por          lo tanto,          afirmando la legalidad del golpe) y la inclusión de Venezuela,          ya que la          suspensión de Paraguay habría sido ilegal.
 
24.  Ahora,          Paraguay pretende obtener una decisión del Tribunal Permanente          de          Revisión del Mercosur sobre la legalidad de su suspensión del          Mercosur, mientras, en Brasil, el líder del PSDB anuncia que          recurrirá a          la justicia brasileña sobre la legalidad de la suspensión de          Paraguay y del          ingreso de Venezuela.
 
25.          La          política externa norteamericana para América del Sur sufrió las          consecuencias          totalmente inesperadas de la prisa de los neogolpistas          paraguayos en asumir el          poder, con tamaña voracidad que no podían aguardar hasta abril          de 2013, cuando          se llevarán a cabo las elecciones, y ahora articula a todos sus          aliados para          intentar  revertir la decisión de ingreso de Venezuela.
 
26.          En          realidad, la cuestión de Paraguay es la cuestión de Venezuela,          de la disputa          por influencia económica y política en América del Sur y de su          futuro como          región soberana y desarrollada.
 
-            Samuel            Pinheiro Guimarães es diplomático brasileño y profesor del            Instituto Rio            Branco.
 
(Traducción:  Silvia            Beatriz Adoue para ALAI.)
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