Argentina: Los temas económicos a comienzos del 2012
Julio C. Gambina
ALAI AMLATINA, 23/01/2012.- La crisis de la economía mundial es el gran
condicionante del año. El Banco Mundial y otros centros de información
de la economía mundial pronostican un año recesivo al estilo 2008-09;
especialmente en la zona del euro. En su "Perspectivas Económicas
mundiales para el 2012 y 2013", la ONU comienza afirmando que "La
economía mundial se encuentra al borde de otra crisis importante. El
crecimiento de la producción se ha desacelerado considerablemente
durante el año 2011 y para los años 2012 y 2013 se prevé que el
crecimiento será anémico." (1)
Con un mensaje desalentador, el informe destaca que "La Unión Europea
(UE) y Estados Unidos de América equivalen a las dos economías más
grandes del mundo, y están intrínsecamente entrelazadas. Sus problemas
se pueden transmitir fácilmente de una a otra y dar lugar a otra
recesión mundial. Los países en desarrollo, que se había recuperado
fuertemente de la recesión mundial de 2009, se verían afectados a través
de sus vínculos comerciales y financieros."
Es cierto que los países menos desarrollados, los "emergentes", y
especialmente América Latina, mantienen su perspectiva de crecimiento
mayor que los países capitalistas desarrollados, pero la continuidad de
la crisis no augura tránsitos similares a los del tiempo pasado, ya que
el salvataje de bancos y empresas en tiempo reciente, devino en
problemas fiscales y crecimiento de la deuda pública, que hoy presenta
dificultades para su cancelación o renegociación, con lo que es
imaginable un horizonte de recesión que puede afectar las ventas desde
la región.
Observando la realidad desde nuestramérica es previsible una
ralentización del crecimiento, con menores precios de la producción
exportable, reducción de los ingresos por remesas de nuestra población
emigrante a grandes y otrora prósperos países (sobresale el caso
español, principal destino europeo de la emigración regional en tiempos
cercanos).
No sorprende entonces la previsión de escasas aportaciones en
inversiones productivas e incluso una fuerte presión de inversores
externos en la región que acrecienten sus remesas de utilidades al
exterior, tal el caso de las fortísimas inversiones españolas realizadas
en tiempos de aperturas indiscriminadas de nuestras economía,
especialmente en los 90´.
Uno de los impactos más importantes de la crisis según la ONU es el
desempleo, especialmente juvenil. El problema del desempleo es grave en
los países capitalistas centrales y presenta peculiaridades en los
países en desarrollo donde estos países "siguen enfrentándose a grandes
retos debido a la elevada proporción de trabajadores que se encuentran
subempleados, mal pagados, o sufren condiciones de vulnerabilidad
laboral, careciendo de acceso a mecanismos de seguridad social."
El déficit de empleo según la ONU alcanza a 64 millones de puestos de
trabajo y podría llegar hacia el 2013 a 71 millones. El documento se
preocupa por el efecto en el consumo, alentando un clima recesivo, y
nada dice de la conflictividad social que esa situación genera.
Impacto de la crisis en la Argentina
Por todo lo comentado, uno de los temas a comienzo del 2012 en la
Argentina han sido las medidas de restricción y mayor control de las
importaciones, para intentar mantener el saldo positivo del comercio
exterior argentino. El país no imprime dólares y los necesita para
cancelar sus deudas. Ante la anemia de inversiones externas, la forma de
hacerse de divisas es vía exportaciones superiores a las importaciones.
Un tema adicional a considerar es la reducción de los precios de
exportación, también derivado de la crisis mundial, según revela el
propio informe comentado de la ONU. A ello debe adicionarse la cuestión
climática, que impactará en menor cosecha y disminución de ingresos a
los productores y al fisco, por lo cual el gobierno debió esta semana
declarar la emergencia en varias provincias argentinas.
No solo se trata de la cuestión industrial o agraria, sino de otras
producciones esenciales al "modelo productivo", tal el caso de la mega
minería, que en Chilecito, La Rioja puso en pie de resistencia a la
mayoría de la población con actitud solidaria movilizada en todo el
país, obligando a definiciones de las autoridades e instituciones
locales en el sentido que el "Famatina no se toca", replicando luchas
anteriores por el mismo tema en la zona, en Esquel (2003) y variadas
zonas incorporadas a la producción minera en los tiempos que siguen a la
reforma del Código de Minería y el acuerdo de Argentina con Chile en
1996. Una posibilidad surgida desde distintos ámbitos apunta a la suba
de retenciones mineras, hoy del 3% en "boca de pozo" a valores entre el
10 y 12% para compensar las críticas al modelo extractivo prefigurado en
los 90´, lo que no supone discutir el "modelo productivo" en curso.
La discusión sobre el modelo productivo mantiene vigencia y es una
cuestión estructural del debate político y social necesario, sea por los
precios de la producción; las variaciones en el clima; o el impacto de
esos procesos en las poblaciones (pueblos fumigados en lucha, o
afectados por la contaminación de la producción minera a gran escala).
Salarios y conflictividad
A comienzos de años se hace evidente que uno de los temas a considerar
será la cuestión salarial y de los ingresos de los sectores populares
que reciben fondos por transferencia de renta: los planes.
La presión empresaria y gubernamental intentará limitar la demanda de
las negociaciones salariales a menos del 20%, habiéndose pronunciado
varias expresiones del sindicalismo argentino con incrementos a negociar
entre el 25 y 30%, a la par con movilizaciones y pronunciamientos de
actualizaciones de los ingresos por planes diversos. Es una situación
generadora de conflictividad.
Quedan claros los límites de política económica para el 2012 respecto de
los años anteriores, sea por la crisis mundial o por las características
en la coyuntura de la economía local, con serias dificultades para
mantener los superávit comercial y fiscal. Con restricciones para el
financiamiento del mercado mundial, la política nacional se orienta a
una modificación del gasto público, donde la quita de subsidios a los
servicios públicos de electricidad, gas y agua es el comienzo de una
práctica que desembarca en el transporte (transferencia del subterráneo
a la Ciudad de Buenos Aires); lo que supone mayores precios a sufragar
por los usuarios.
Los impactos serán diferenciados según los niveles de ingresos. Por ello
preocupa el decreto presidencial que promueve "estudiar" los ingresos
extraordinarios de los estatales nacionales, eliminados en algunas
dependencias, como las primeras discusiones (especialmente los docentes)
sobre pauta salarial. En el mismo sentido, las organizaciones
representativas de quienes perciben fondos por transferencia de renta
demandan actualizaciones. La conflictividad social será uno de los
condimentos a tener en cuenta para el año económico en curso.
Nota:
(1)
http://www.un.org/en/development/desa/policy/wesp/wesp_current/2012wesp_es_sp.pdf
- Julio C. Gambina es Doctor en Ciencias Sociales, UBA. Profesor de
Economía Política, UNR. Presidente de la Fundación de Investigaciones
Sociales y Políticas, FISYP. Miembro del Comité Directivo del Consejo
Latinoamericano de Ciencias Sociales, CLACSO.
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