lunes, 10 de octubre de 2011

[alai-amlatina] Telenovela y xenofobia en TV chilena

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La Esperanza racista de Chile
Telenovela y xenofobia en TV chilena

Ricardo Jiménez

ALAI AMLATINA, 10/10/2011.- Es imposible recorrer las principales
avenidas o calles de Santiago Centro y no ver la concentración de
peruanos, proliferación de sus restaurantes y negocios de telefonía; o
ir a una fiesta con los amigos y no escuchar a Américo, cantante
chileno, cuyo repertorio son reinterpretaciones de todas las canciones
del grupo peruano de cumbia, Grupo 5. Al igual que es poco probable
vivir en Santiago y no conocer la procesión del Señor de los Milagros,
una de las expresiones más importantes de la religiosidad peruana que
desde hace algunos años recorre las principales calles del centro de
Santiago todos los octubres congregando a peruanos y a los propios
chilenos, enriqueciendo con sus colores la ciudad. Como en ningún otro
tiempo, Chile vive la mayor concentración de inmigrantes en su historia,
370 mil extranjeros residiendo en su suelo. Sin duda alguna la comunidad
más grande es la peruana, con el 37% de la población inmigrante, y la
más visible culturalmente.

Obviamente tanto para el imaginario de la población chilena como de la
peruana, este no es cualquier encuentro. Se trata de dos pueblos que
hace menos de de 150 años fueron arrastrados a una guerra de agresión y
saqueo por parte de Chile, cuya élite dirigente debió justificarla con
el manoseado pretexto "civilizador", un pueblo moderno y pujante que
"lleva la modernidad", por medio de las armas y la violencia, a un
pueblo atrasado, "cholos" e "indios" que necesitan la invasión para
ingresar al mundo organizado y moderno. Pretexto que pocos años después
de la agresión a los pueblos de Perú y Bolivia será invocado para
justificar similares crímenes contra el pueblo Mapuche.

Es el cinismo histórico de la élite y clases dirigentes chilenas, que
además de ser por definición anti populares, como las de Perú y las
demás repúblicas oligárquicas y excluyentes latinoamericanas, mantiene
pretensiones hegemónicas con los países andinos y vecinos. Cinismo cuyo
camino permanente puede rastrearse desde el derrocamiento del primer
gobernante independiente de Chile, Bernardo O´Higgins, a quien acusan de
"autoritario" por atacar sus privilegios, reconocer el Estado Mapuche y
ser radicalmente latinoamericanista (justamente acogido en Perú), hasta
el actual diferendo marítimo en la Corte Internacional de la Haya, cuya
competencia los representantes de la elite chilena han aceptado pero
dejando siempre la puerta abierta en sus declaraciones públicas de que,
de no serles favorable el fallo de la Corte, no lo cumplirían. Ni
sinceridad en no aceptar la competencia de la Corte, ni sinceridad para
aceptar cabalmente sus resultados una vez aceptada la competencia. Es lo
que el habla popular llama "a la chilena", es decir, cínicamente.

Una esperanza racista

Pero toda élite oligárquica necesita que las mayorías, incluso los
sectores "progresistas" (ahí está el curioso caso de las declaraciones
públicas contra Perú de Guillermo Tiellier, dirigente comunista que más
parece "chovinista") hagan suyos estos intereses y este cinismo. Y para
eso están los medios masivos de comunicación. Ya hace unos años se
realizó una telenovela sobre la Guerra del Pacífico, pero fue un fracaso
de audiencia porque sus mensajes y contenidos abiertamente chovinistas
resultaron burdos hasta el ridículo para la gente. Ahora, un intento más
sutil, más cínico, más "a la chilena", sí ha logrado el éxito de
audiencia. Se trata, nada menos, que del canal de televisión nacional,
estatal, TVN, que a la frivolidad y superficialidad que caracteriza la
TV en Chile viene a agregar ahora este culebrón "Esperanza"[1] que
difunde masivamente, con total irresponsabilidad, los prejuicios y
estereotipos discriminatorios contra el pueblo peruano en las mayorías
chilenas.

Cínicamente, "a la chilena", se presenta como "una denuncia de la
discriminación". Una vez más, se agrede, ahora con las armas simbólicas
de la cultura, al pueblo peruano "por su bien". La trama es sencilla:
una joven peruana, "Esperanza", llega a Chile a trabajar de empleada
doméstica ("nana" en el habla popular chilena), para enviar dinero a su
pequeño hijo en Perú. ¿Pero qué mensajes exactamente trasmite esta
telenovela a millones de chilenos, y a través del cable a millones de
personas en otros países? Se puede ver en Perú mismo, por ejemplo.

Otra "nana" de la casa, chilena, la odia a muerte "por venir a quitar
trabajo a los chilenos". Todos los personajes peruanos son pobres, con
poca educación, e incluyen a un traficante de niños, es decir,
representan todo lo negativo, lo amenazante. El personaje central y
todos los demás peruanos son interpretados por actores chilenos que
desconocen por completo los modos, modismos y entonaciones de los
peruanos, hablando una mezcla que ya no es chilena, ni peruana y ya no
se sabe qué es. Con expresiones recurrentes que jamás usan los peruanos
y que más recuerdan a los campesinos mexicanos, como "Espereme un
tantito…" y muchas otras similares. Sus actitudes son sumisas, buscando
agradar todo el tiempo, y comprensivas con las agresiones e insultos de
los chilenos, que incluyen perlitas como que el "tacu tacu es comida
para perros". En dos palabras, son inferiores y dependientes. Se trata
en suma de la fabricación sutil de una caricatura, un estereotipo que
refuerza todos los prejuicios racistas y xenófobos en la población como
si fueran "verdad". Claro, como todas las caricaturas y estereotipos, se
alimenta de la ignorancia y el desconocimiento real de quien se
caricaturiza, por eso resulta necesario y coherente la pésima
preparación por parte del equipo director y de los actores sobre la real
cultura peruana.

Por otro lado y complementariamente, el imaginario de Chile y los
chilenos que nos muestra la telenovela es de modernidad, civilización y
acogida al "buen salvaje" peruano. En el primer capítulo inicial de la
telenovela, al cruzar la protagonista la frontera de Chacalluta (donde
el maltrato y la devolución arbitraria de peruanos es evidente cada
día), el funcionario chileno le sella el pasaporte rápidamente y le dice
sonriendo: "bienvenida a Chile", la cámara hace un primer plano a la
bandera chilena flameando en cielo radiante. "Esperanza" llega retrasada
a su trabajo el primer día, pero le explica a una comprensiva patrona
chilena, que es porque "en esta ciudad tan grande con tantos carros
cuesta entender cómo moverse". Santiago, la ciudad "tan grande" tiene
3.5 millones de habitantes, Lima en Perú, 9 millones.

Responsabilidades compartidas

Ciertamente, las responsabilidades son compartidas, aunque sean mucho
mayores las de la elite y el Estado chileno, cuyo canal estatal, nada
menos, envenena a la población con el racismo y la xenofobia de esta
"Esperanza". No olvidemos que son oficiales militares peruanos quienes
se prestan, bajo órdenes chilenas, a destruir la Confederación Perú
Boliviana, último intento de la generación independentista de
reconstruir el ideal de integración, que por otro lado un chileno,
Bernardo O´Higgins, apoyó resueltamente en contra de los designios
fragmentadores de la oligarquía chilena. Que otro "presidente" peruano,
Alberto Fujimori, favoreció con privatizaciones fraudulentas entre otros
capitales a los de Chile, cuyas racionalizaciones generaron el alto
desempleo y precariedad del empleo que llevó a muchos de los afectados a
buscar ese empleo justamente en Chile. Que otro presidente peruano, Alan
García, firmó un Tratado de Libre Comercio, bajo el eufemismo de ACE, en
que se permite a capitales chilenos toda libertad en Perú pero se
prohíbe a capitales peruanos abrir bancos en Chile. Y, por último, que
varios medios masivos de comunicación peruanos se han prestado para
coberturas que "celebran" la telenovela chilena repitiendo el cinismo de
que busca "denunciar la xenofobia y buscar la integración".

Como se ve, frente a la "Esperanza" racista de TVN de Chile, nuestra
esperanza de una integración regional fuerte y fraterna, es decir con
justicia, tiene, como decía el gran César Vallejo, todavía "mucho que
hacer", al otro lado de la frontera del poder y las élites, tanto en
Chile como en Perú.

[1] Ver en: http://www.youtube.com/watch?v=GkJxZ2soBZo&feature=related

- Ricardo Jiménez es sociólogo chileno

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