Colombia:
Colapso electoral del Uribo-Santismo y nuevo ciclo político
Daniel Pali
ALAI AMLATINA, 31/10/2011.- A esta hora es nítida la victoria de Gustavo
Petro como nuevo alcalde de Santafé de Bogotá, su movimiento
progresistas triunfa con 32.16% de los votos (721.308 votos), lo sigue
con 24.93% (559.307 votos), la coalición uribista y santista del partido
verde (neo-uribista), el Partido de la U (Santista), el partido
conservador y diversas congregaciones cristianas.
Queda en evidencia con este resultado el fracaso de Uribe Vélez y el
cansancio de la ciudadanía con los factores narco-paramilitares
presentes en la política colombiana; decimos esto porque el expresidente
Uribe se echó al hombro la campaña a la alcaldía de Enrique Peñalosa
(Partido Verde), junto con él, caminó la ciudad de Bogotá haciendo
campaña barrio por barrio, sin entender el gran descrédito que carga su
nombre como expresión del ciclo más sombrío y retardatario de la
política colombiana.
Pero esta derrota también es para el presidente Juan Manuel Santos,
quien a pesar de los altos índices de favorabilidad política lograda con
su juego político cosmético, no engaña a la independiente opinión
ciudadana de la capital sobre el tipo de proyecto uribista que representa.
Aun es muy pronto y no se han decantado todos los datos, pero la
tendencia parece indicar que en todas las ciudades el Uribismo-Santismo
fue derrotado, interesante escenario que podría venir a significar una
reconfiguración del juego político nacional sino en clave de izquierda,
si de modernización ética de las costumbres políticas.
Pero es de destacar la estruendosa derrota del partido verde, este
surgió como un partido de centro-izquierda, llamado a representar la
franja independiente de la política nacional, sin embargo el pragmatismo
(léase utilitarismo y oportunismo) de sujetos que otrora fueron de
izquierda como Lucho Garzón y Antonio Sanguino, los llevó a caer en una
triste alianza "táctica" con Uribe, para acceder a la alcaldía. Esta
alianza le significó al partido verde la salida de su más destacado
fundador Antanas Mockus, quien junto a Gina Parody, candidata
independiente de centro-derecha lograron sacar el tercer lugar en la
contienda con el 16.74% equivalente a 375.574 votos.
Del partido verde podríamos decir con el viejo adagio que la ambición
rompe el saco, en su juego oportunista de utilizar el supuesto porta
aviones de Uribe, han dado un salto al vacío, rompieron el partido y lo
marcaron con el lastre de articularse en una coalición con la
ultraderecha del país.
Lo ocurrido con la dirigencia del partido verde, es la expresión del
fenómeno de cooptación que la oligarquía ha logrado en vastos sectores
de la intelectualidad y actores políticos de la antigua izquierda; un
ejemplo destacado lo representa el actual vicepresidente Angelino Garzón.
Estos actores cuyo discurso estaba centrado en el esfuerzo por alcanzar
la modernización nacional, aunque sin alterar las estructuras de
exclusión y asesinato de la oposición política que pervive en la
sociedad colombiana, han quedado articulados a la expresión política del
narco-paramilitarismo (Santismo-Uribismo), que es en esencia el proyecto
más regresivo y pre moderno que hace vida en la sociedad colombiana.
Los otrora hombres de izquierda hoy están bañados en liberalismo, pero
más liberalismo económico que político, son sus cabezas más resonantes
León Valencia, Alejo Vargas, Luis Eduardo Celis, Lucho Garzón, Antonio
Sanguino, Angelino Garzón; claro que en el caso de León Valencia y Luis
Eduardo Celis hay una excepción, pues desde su postura de analistas, si
bien mantuvieron un coqueteo legitimador hacia la postura del partido
verde de ir a la coalición uribista, con seguridad aprovecharán la
desmemoria y saldrán a filarse de nuevo oportunistamente en el espectro
que hoy representa Progresistas de Gustavo Petro.
Petro, por su parte, canaliza un amplio espacio político que clama por
la transformación de las costumbres políticas, consciente del peso que
en este espectro tiene lo social, llega con un programa en el que busca
sacar a la educación del mercado y colocarla como el eje de la
activación socio-productivo, así mismo ha propuesto potenciar ETB
(Empresa de Teléfonos) y no privatizarla, abriendo una opción de
convergencia con otras empresas públicas del sector como las de Medellín.
Petro, en definitiva, asume una postura desde un discurso programático
de izquierda, sin embargo en él, esto hace parte de su evaluación de los
vientos políticos, pues como "buen político", es decir oportunista y
taimado, sabe el discurso que lo puede potenciar en el electorado.
Tiempo atrás no había perdido oportunidad para correr a tomarse la foto
con Juan Manuel Santos y validar desde la sombra el nuevo espectro de
gobernabilidad implementado por el Santismo, años antes había hablado
con indulgencia del TLC con Estados Unidos, había validado el carril
militar de exterminio de la insurgencia desarrollado desde la "seguridad
democrática" y buscando posicionarse personalmente, pretendió
deslegitimar posturas de izquierda anti sistémica, no escatimó esfuerzos
para recurrir al macartismo y la infamia política de señalar a Carlos
Gaviria y Jorge Robledo como supuestos miembros de las FARC, a pesar de
ser estos dos personajes portadores de una conducta política que no
valida las vías de la violencia y siempre han trabajado por la paz.
Lo que ocurre es que Petro ve la política desde la lógica del mercadeo
político, si la opinión pública gira en clave de derecha como lo hizo en
el ciclo uribista, el girará también, si la correlación apunta a
favorecer posturas de izquierda, de reformas y modernización, el asumirá
estas posturas sin ningún problema; Petro aplica sin ningún pudor la
frase del comediante norte americano Groucho Marx, quien solía decir,
"si no te gustan mis principios, tengo otros", en el fondo se juega un
proyecto de figuración personal, juego que por ahora le ha dado muy
buenos frutos.
Pero a pesar de todo, el triunfo de este comediante y mercader de la
política es muy buena nueva para los excluidos de Colombia, pues anuncia
el advenimiento de un nuevo tiempo político, la importancia del hecho no
está en el personaje que gana la alcaldía, sino en el campo político
independiente que se configura en una ciudad tan importante como Bogotá
y que al parecer se dará en otras ciudades del país.
Están convergiendo diversos sucesos que marcan el inicio de un nuevo
ciclo político, la irrupción electoral de franjas independientes, la
movilización nacional del estudiantado contra la política educativa
neoliberal, el surgimiento de expresiones radicalizadas del movimiento
obrero en Puerto Gaitán y varias regiones del país, la insubordinación
generalizada del campesinado en armas que se resiste al modelo
capitalista para el agro. Todo presagia que Colombia, no estará por
fuera de los vientos de cambio que se han tomado Suramérica y que el
pasado domingo 23 de octubre se expresaron en la aplastante victoria de
Cristina en Argentina.
Pensamos que el nuevo ciclo político traerá como centro el problema de
la paz, significará el regreso de la mayoría de la sociedad al carril de
la solución política negociada del conflicto, solución política que
deberá posicionar obligadamente la urgencia de resolver y transformar la
política neoliberal agroalimentaria, minera y agroindustrial, a la par
que se desmonta el aparato de terrorismo de estado y se construye un
espacio de democracia plena donde se realicen efectivamente los derechos
civiles y políticos.
- Daniel Pali
Centro de Estudios Policarpa Salabarrieta
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Bogotá-Colombia
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